Ciudadanos crece pero se queda lejos de su ansiado ‘sorpasso’ al PP
Rivera fracasa en su intento de erigirse como líder de la oposición a Sánchez
Muy lejos de las expectativas. Ciudadanos logró ayer seguir creciendo en las urnas y consolidarse como la tercera fuerza en España, pero el sabor que dejó la jornada electoral fue más amargo de lo previsto. En la sede del partido, en la madrileña calle Alcalá, no hubo ni fiesta, ni escenario en la calle, ni atisbo del estallido de euforia del pasado 28 de abril en las generales. No habrá cambio, por ahora, en el liderazgo del centroderecha.
A la espera de analizar con detalles las próximas horas los resultados municipio por municipio, los liberales no logran dar su ansiado sorpasso al Partido Popular, uno de los objetivos de Albert Rivera para vindicar con más fuerza su autoproclamada condición de líder de la oposición a Pedro Sánchez. “Es el momento de reflexionar, no son los resultados previstos”, señalaba un veterano dirigente al conocerse el fin del escrutinio.
Un pequeño detalle que explica mucho. Después de los resultados de las elecciones generales, en los que Cs logró a contra pronóstico un importante ascenso, pasando de 32 a 57 diputados en las Cortes, Rivera decidió mantener el lema del 28-A “Vamos, Ciudadanos” para la múltiple cita electoral de este domingo. Toda una declaración de intenciones. Y es que ningún partido hizo tanto hincapié como los liberales en presentar la 26-M como una segunda vuelta del 28-A. Un empeño que se les puede girar en contra ahora con los resultados en la mano.
La celebración de las elecciones municipales y autonómicas un mes después no ha beneficiado a Cs como sus estrategas esperaban. Los naranjas no consiguieron ningún primer puesto en municipios importantes –Madrid y Barcelona han sido sus principales tropiezos– como tampoco ganar en ninguna comunidad. Aunque logran adquirir músculo territorial que les vendrá muy bien en un proceso de construcción del partido que todavía no ha acabado y tiene algunos agujeros negros como el País Vasco y Galicia.
Especialmente doloroso resulta para muchos de los dirigentes de Cs es su mal resultado en Catalunya, especialmente en la provincia de Barcelona –pilar en su victoria el 21-D–, y queda como quinta fuerza. Con todo, parece que podrán ejercer como fuerza bisagra y decisiva en la constitución de diferentes gobiernos municipales –el pacto con el PP en la capital de España es claro, también podría haber un pacto de centroderecha en la ciudad de Zaragoza– y gobiernos autonómicos como el de Madrid, Murcia y Castilla-La Mancha. “Ha pasado lo mismo que en las últimas tres elecciones, cada vez que se abren las urnas hay una ola naranja que no para de crecer, hemos subido un 80% el número de concejales en toda España y duplicado el número de diputados autonómicos”, celebró Rivera, quien anunció que gobernarán con el PP la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid.
Unos pactos en los que Cs intentará repetir la fórmula de gobierno de Andalucía. Es decir, una alianza de gobierno con el PP que reciba en la votación de investidura el apoyo de Vox. Pero esta vez no será tan sencilla esa fórmula. Rivera no quiere formar gobierno con el partido de derecha extrema –sólo su apoyo externo y puntual–, pero Santiago Abascal ya ha dicho que no cuenten esta vez con sus votos.
Mientras, en las elecciones europeas, donde Cs tenía muchas esperanzas puestas en la candidatura liderada por Luis Garicano, así como en el hecho de que era una circunscripción única, los liberales tampoco lograron escalar a la segunda fuerza y pasar al PP, del que se queda a cinco escaños. Con todo, mejoran los resultados de hace cinco años y pasan de dos a siete escaños, con más 2,6 millones de votos (12,23%). Si se compara las europeas con las generales no salen bien parados los naranjas, ya que pierden casi cuatro puntos en votos.
Estos resultados, no obstante, permitirán a la formación naranja ser uno de los partidos con más influencia y peso en la alianza de los liberales formada por el grupo ALDE –en el que Garicano es vicepresidente– y En Marche, el partido del presidente de Francia Emmanuel Macron. “Vamos a ser el tercer grupo en la Eurocámara y a ser decisivos”, destacó Garicano en su comparecencia en la sede.
En otra lucha, no menos simbólica, de los liberales con Podemos, el partido de Rivera ha conseguido quedar por delante de los morados en la mayoría de los municipios y comunidades y consolidarse como la tercera fuerza.
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