La CUP conserva Berga, pero en casi todas las capitales catalanas retrocede
La CUP ha mantenido su alcaldía más emblemática, que es Berga, pero sufre un retroceso en las capitales de provincia excepto Girona, la única en que sube un concejal.
Montse Venturós, una de las caras más conocidas de la CUP, revalidó e incrementó su victoria en Berga, pasando del 34,% de los votos al 41%; y subiendo de seis concejales a ocho. Venturós fue inhabilitada por seis meses en junio del 2018, debido a que no retiró banderas esteladas del Consistorio en periodos electorales.
En general, la CUP ha decrecido en apoyos en las municipales, y así de los 234.300 votos conseguidos en el 2015 ha pasado ahora a 117.506; lo que representa que del 7,52% de los votos ha conseguido ahora el 3,47%.
En las elecciones del 2015, lasa candidaturas de la CUP consiguieron 382 concejales. Ayer, con el 97% del escrutinio en Catalunya, consiguieron 330 representantes en los municipios
Este retroceso es especialmente visible en dos de las cuatro calugares pitales catalanas, donde este vez no ha obtenido representación. Así, en Barcelona ha perdido a sus tres concejales y en Lleida a los dos que tenía. En Tarragona ha conseguido mantener sus dos en el municipio, mientras que en Girona ha subido uno, pasando de cuatro a cinco. Sin duda, a pesar de las encuestas que lo auguraban, la pérdida de los tres concejales en la capital de Catalunya es un duro revés para los cuperos.
Al margen de Berga, la CUP logra ayuntamientos de municipios pequeños, como Navàs, Celrà o Olvàn, pero queda lejos o fuera de otros consistorios. No obtienen representación, por ejemplo, en l’Hospitalet, Sant Adrià del Besòs, Santa Coloma de Gramenet o Terrasa, y pierde un concejal en Sabadell.