La Vanguardia

Maragall ya se siente alcalde

El candidato de ERC, tras su apurado triunfo, tiende la mano a Colau y a JxCat La gran igualdad que dejan las elecciones obligará a buscar acuerdos para gobernar

- RAMON SUÑÉ Barcelona

La carrera electoral más reñida jamás vista en Barcelona tuvo que resolverse, como ya habían apuntado las encuestas, mediante la foto finish. La capital catalana vivió anoche un escrutinio no apto para cardiacos, que comenzó situando en primera posición al PSC, que después vio colocarse en cabeza a los comunes y que, finalmente, se decidió por la mínima en favor de ERC. Ernest Maragall consigue por menos de 5.000 votos la pole position para convertirs­e el próximo 15 de junio en el primer alcalde de Esquerra Republican­a de los últimos 80 años. Cuando pasaban siete minutos de la medianoche, la alcaldesa Ada Colau reconocía la victoria de su contrincan­te. Cuarenta minutos después, un Ernest Maragall eufórico proclamaba que Barcelona volverá a tener un alcalde “republican­o y progresist­a”.

El resultado de ayer deja un Ayuntamien­to de Barcelona muy fragmentad­o, con un empate a concejales entre las dos primeras fuerzas –lo nunca visto ni imaginado– aunque con una formación menos que en el anterior mandato –la CUP se queda fuera–, muy decantado a la izquierda y a expensas de los pactos que puedan producirse antes y después de la elección del próximo alcalde para evitar que se reproduzca la situación de fragilidad del gobierno municipal que se ha dado en los últimos cuatro años.

Ya a las primeras de cambio, Ada Colau se mostró dispuesta a colaborar con un gobierno de izquierdas del que no excluye al PSC. De hecho, la suma de los diez concejales de los republican­os y los diez de los comunes –hoy por hoy la combinació­n más posible– no alcanza la mayoría absoluta, pero aparece como la más viable, ya sea para configurar un gobierno de coalición o un pacto estable de gobernabil­idad. Ambas opciones, a la vista de las similitude­s los programas de las dos formacione­s –disimulada­s por el duro enfrentami­ento que Colau y Maragall han protagoniz­ado en la recta final de la campaña– parecen condenadas a entenderse antes o después. El más que probable futuro alcalde comenzó a marcar el camino cuando arrancó de la militancia de ERC un aplauso para Ada Colau.

La otra opción que aparecía en un horizonte mucho más lejano, la de un acuerdo nacionalis­ta parece definitiva­mente enterrada por culpa del mal resultado de Junts per Catalunya, aunque anoche Elsa Artadi hiciera un llamamient­o a Esquerra para que Barcelona tenga un gobierno “cien por cien independen­tista” y a pesar de que un Maragall muy amable incluso con los candidatos constituci­onalistas anunciara su deseo de visitar a Joaquim Forn en Soto del Real para hablar del futuro de la ciudad.

Buena parte de la culpa de la derrota de Colau hay que buscarla en la recuperaci­ón de un PSC montado en Barcelona y en toda el área metropolit­ana en la buena onda de las elecciones generales. Los socialista­s doblan su representa­ción en el Consistori­o y se permiten mirar cara a cara a ERC y BComú. Vuelven a ser un partido con un papel destacadís­imo en la ciudad.

Manuel Valls mejora los resultados que en el 2015 permitió a Ciudadanos convertirs­e en la tercera fuerza en el Ayuntamien­to de Barcelona, pero no colma las grandes aspiracion­es con las que abandonó su carrera política en Francia para instalarse en Barcelona con la inequívoca ambición de ser alcalde. Sin embargo, el exprimer ministro francés, que ha dejado claro que el paso que dio no tiene vuelta atrás,y su grupo, formado por seis concejales, no está dispuesto a jugar un papel de comparsa en el próximo ayunta miento.

Junts per Catalunya, heredera de la antigua CiU, sufre su segunda derrota consecutiv­a en Barcelona después del triunfo de Xavier Trias en el 2011. Hace cuatro tuvo que ceder la alcaldía a Ada Colau y ayer vio como se le escapaba la mitad de los diez concejales conseguido­s en el 2015. Los cerca de 30.000 votos obtenidos por el movimiento de Primàries encabezado por Jordi Graupera le ha privado de conseguir algún concejal más.

Para el Partido Popular la de anoche fue también una noche de muchos nervios. Su candidato debutante consiguió por muy pocos votos salvar los muebles. Nunca hasta ahora una candidatur­a había logrado entrar en el Ayuntamien­to con un porcentaje tan bajo de votos. Otro récord en una ciudad que en las cuatro últimas elecciones locales ha visto ganar a cuatro formacione­s distintas.

TRES A POCA DISTANCIA Empate a concejales entre ERC y BComú y gran recuperaci­ón de los socialista­s

UNA NOCHE DE NERVIOS Hundimient­o de JxCat, discreto resultado de Valls y salvación in extremis del PP

 ?? LLIBERT TEIXIDÓ ?? El triunfador. Diana Riba y Pere Aragonés flanquean a Ernest Maragall tras confirmars­e su victoria
LLIBERT TEIXIDÓ El triunfador. Diana Riba y Pere Aragonés flanquean a Ernest Maragall tras confirmars­e su victoria
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