La Vanguardia

Fumiaki Miura, el violinista flotante

El músico más orgánico de la escena internacio­nal debuta en la temporada Ibercamera junto a la pianista Varvara

- MARICEL CHAVARRÍA

Creo que disfrutar de la comida me hace mejor músico. Me expone a influencia­s, me inspira, es como ver un cuadro en el museo”, comenta Fumiaki Miura ante una excelente lubina a la sal de la que da cuenta con deleite. Al violinista estrella de la temporada Ibercamera (y de la Agencia Camara, que le representa en exclusiva) le encanta la comida local. Y como buen japonés se derrite ante un buen pan con tomate. Es en este contexto que La Vanguardia conversa con él y con Varvara, la pianista en la que ha encontrado la perfecta partenaire y con la que debutará este miércoles, día 29, en la temporada Ibercamera de Barcelona, en el Palau de la Música.

Ver tocar a este joven de 26 años tiene algo de experienci­a extrasenso­rial. Deudor de la tradición de los grandes maestros –estudió con Tsugio Tokunaga una década y cuenta con Pinchas Zukerman como dedicado adalid–, es un ejemplo de músico orgánico, un violinista flotante que apenas se mueve en escena y que saca su sonido de la manera más lógica y tranquila.

“Moverse es una forma de perder sonido. A mi primer profesor, Tokunaga, le encantaba el estilo natural y me convertí en un fan de los clásicos como Menuhin, Stern... Ninguno de ellos tenía movimiento­s que embrutecie­ran. La gente se mueve, flexiona las piernas, dobla el torso porque se trata de Beethoven, de Brahms... y buscan la magia. Pero le puedo asegurar que en los instrument­os

de cuerda el sonido lo hacemos sólo con la mano derecha”.

Aterrizado de Tokio, el viernes comenzó esta minigira por España en Girona, tocando el programa que trae ahora al Palau con Varvara: la Sonata para violín y piano núm. 23 en Re major de Mozart, la Grand Duo de Schubert y la Kreuzer de Beethoven. En una anterior ocasión comentaba a este diario que no le gusta la soledad del solista. Y es que a pesar de la gran tradición de música clásica que hay en Japón, el país no da grandes solistas, acaso por su falta de sentido de la individual­idad. Algo con lo que parece estar de acuerdo este extroverti­do joven, siempre dispuesto a reír con sus colegas de profesión. De ahí que comparta su debut barcelonés con la pianista rusa.

“Hay grandes pianistas con los que no suele funcionar tocar juntos. En cambio con ella es increíble. No es usual hallar solistas con tanto repertorio [40 conciertos tiene la rusa listos para tocar] y que al mismo tiempo hagan música de cámara”.

Para Varvara el secreto es que ambos van en una misma dirección a la hora de tocar, “porque si uno quiere hacer espectácul­o y el otro quiere ser fiel al compositor no funciona. Ambas opciones están bien, pero combinarla­s es imposible. Y a mi el espectácul­o no me va”, asegura. “La música de cámara es algo refrescant­e, te trae siempre nuevos pensamient­os y sentimient­os. Y esta oportunida­d de evoluciona­r el uno con el otro me hace feliz”.

A pesar de su juventud, Miura es toda una estrella en su país y cuenta con un festival en Tokio, en el Suntory Hall, organizado por una gran compañía que le da carta blanca para escoger repertorio y artistas. “Es un festival de tres días con dos conciertos diarios para 2.000 personas más otros de cámara, pero su particular­idad es que invierte en proyectar en la calle lo que está pasando dentro. Hay que ampliar el público de la clásica”, dice Miura. Y Varvara le agradece que le haya invitado este año. Será un Brahms dirigido por

“Trato de no ensayar más de dos horas al día; al final soy como un tenista, practico mi swing con el violín”

Jonathan Nott, “que por cierto tengo que ensayar”, apunta la concienzud­a pianista.

“No ensayes demasiado”, le espeta él. “Yo trato de ensayar dos horas al día. El violín es muy antinatura­l y no conviene superar las 4 o 5 horas. Hay que encontrar la rutina, unas escalas, 15 minutos de Beethoven y ya estas listo para tocar. Es lo mismo que si fueras un futbolista o tenista, yo también practico mi swing con el violín. Porque al final es una cuestión mental: claro que no te olvidas nunca de cómo tocar, y sin embargo si no practicas entras en pánico”.

¿Algo que quiera tocar y no tenga aún en repertorio?

“¡Alban Berg!”, responde. “Y lo voy a hacer con el maestro Tatsuya Shimono”. Un director que está, por cierto, firmando con la Agencia Camera estos días. Con Gergiev o Fedoseyev, por citar otros dos de la casa, ya ha tenido el placer el músico japonés de subir a escena.

 ?? . ?? Miura con su Stradivari­us y junto a la pianista Varvara, ayer en Alicante, ciudad que forma parte de su gira
. Miura con su Stradivari­us y junto a la pianista Varvara, ayer en Alicante, ciudad que forma parte de su gira

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