“Quiero transmitir tranquilidad en estos momentos convulsos”
Benjamin Clementine, músico, actúa en el Teatre Tívoli
Al arte musical inclasificable de Benjamin Clementine (Londres, 1988) se le ha podido catar en estas latitudes en más de una ocasión, la última de ellas hace poco más de un año. Ahora regresa a Barcelona –en ambos casos, dentro del festival Guitar Bcn– en un formato insólito, tal como atestigua el título
de la velada: An evening with Benjamin Clementine & his Parisian String Quintet, Arropado, pues, por una formación de cuerda, al músico y pianista se le podrá degustar mañana en el Teatre Tívoli (21 h), con el cantautor Beaven Waller en funciones de telonero.
Usted está ofreciendo una serie de conciertos acústicos en Europa, pero viene de hacer una gira por Estados Unidos y Gran Bretaña acompañando a David Byrne. ¿Cómo fue su experiencia con él? ¿Cómo le conoció? Conocí a David Byrne hace cuatro años cuando vino a verme a Edmondo, el barrio londinense donde nací, para hacerme una entrevista para The New York Times.
Después de eso, contactó con mi agente el año pasado y le preguntó si yo estaría interesado en abrir sus conciertos en un serie de conciertos que iba a realizar en Estados Unidos y Gran Bretaña.
¿Le sorprendió?
Me sorprendió y me sentí muy honrado. Me parece que Byrne es bastante genial y su música es la que denomino como música privilegiada, porque está al alcance de
muy pocos hacerla. Lo que sale de él es una gran obra de arte.
¿Que aprendió de trabajar con él?
Aprendí lo que es la longevidad artística, lo que es realmente seguir adelante con una carrera, con una labor artística como la suya. Él está en sus sesenta o en sus setenta y sigue allí con su arte, con un compromiso admirable, al menos para mí. En la gira en sí, sobre todo en el tramo en Estados Unidos, mi participación fue corta, no tocaba más de media hora cada noche, pero fue una manera inmejorable de que un público que era nuevo para mí conociera mis canciones.
Y ahora está embarcado en una pequeña gira acústica europea con un quinteto de cuerda. El que vaya a uno de sus conciertos, ¿qué verá?, ¿qué oirá? Me verá a mí, sin duda... No sé, es el show de las canciones de una persona mezclada con mucha música clásica. Es un concierto en donde de alguna manera quiero reflejar la influencia de la música clásica en mí y en mi propia música. Por eso, sonarán muchas cosas, incluido bastante minimalismo y propuestas avant-garde.
¿No puede ser más concreto?
Bueno... temas de los dos álbumes que he hecho hasta ahora [At least
for now y To tell a fly] y piezas clásicas que me gustan.
¿Como decidió embarcarse en este aventura?
Es un proyecto que hace tiempo quería hacer, pero no tenía la financiación necesaria. Ahora sí, y me siento muy afortunado.
¿Por qué este quinteto parisino de cuerda?
Los conocí hace tres años, algunos de ellos tocaron en mi primer álbum. Desde que los conocí en París, y sobre todo desde que les oí tocar, siempre supe que algún día giraría con ellos, algo que ahora se ha hecho realidad.
¿Este tour es arriesgado para
usted en términos económicos? Sí, por supuesto, pero el placer no tiene nada que ver con este tipo de riesgos.
Y en términos no económicos, ¿qué busca con estos conciertos?
Mi idea es sorprender al público, porque es por eso por lo que han pagado; han venido a verme y escucharme principalmente para sentirse sorprendidos.
¿Qué tiene su música para conseguirlo? ¿Cómo la definiría?
No pida imposibles. Creo que la música no habría que definirla, es como si tratara de definir a Dios. La música es y ya está.
Pero buscará algo al subirse al escenario...
Busco intimidad y un reconocimiento de lo que está sonando. Quiero transmitir sensaciones de tranquilidad en estos momentos convulsos, pero también se trata de que la gente entienda lo que quiero transmitir, que lo entiendan a través de los sentimientos y no del cerebro.
¿Cuáles serían sus músicos de referencia ?
Erik Satie y Claude Debussy sobre todo; también Leonard Cohen, Bob Dylan, Philip Glass... de ellos sale lo que hago.
LA PROPUESTA “El público que paga para venir a verme lo hace sobre todo para sentirse sorprendido”