Iglesias necesita proyectar fuerza para estabilizar Podemos
Cómo funciona la cabeza un hombre que el pasado mes de abril consiguió levantar 42 diputados en una campaña en la que había entrado clínicamente muerto? Podemos ha vivido una ruptura parecida a la de los Beatles. Los dos líderes más significados de la formación que trastocó la política española en el 2014 han acabado como Ben-Hur y Messala. La astuta maniobra de
Íñigo Errejón en Madrid, con la impres
cindible ayuda de Manuela Carmena, estaba llamada a ser una emboscada mortal para Pablo Iglesias , si Pedro Sánchez no hubiese adelantado las elecciones generales. Al final del día, la ingeniosa operación contribuyó a una derrota histórica de toda la izquierda madrileña el 26 de mayo.
Un calendario distinto habría colocado a Iglesias en una situación de extrema debilidad ante unas elecciones generales en noviembre o más tarde. Todas las contradicciones de Unidas Podemos –que no son pocas– habrían estallado en cadena, liberando espacio para el proyecto que acaricia Errejón: Más País. Una Confederación Española de Plataformas Progresistas, cuyo primer socio sería Compromís, y a la que un día será invitada Ada Colau. Programa ecologista. El nuevo icono radical-democrático norteamericano Alexandria Ocasio-Cortez en el altar. En pocas palabras: Podemos-2. La implosión de Unidas Podemos estuvo a punto de producirse entre enero y febrero, cuando Izquierda Unida recibió la oferta de sumarse a Más Madrid. El Partido Comunista de España, que todavía existe, actuó como válvula de seguridad. En estas lamentables condiciones, y con la casa de Galapagar a cuestas, llegó Iglesias a la campaña de abril. Ganó los dos debates televisados –así lo certifica el barómetro postelectoral del CIS, recientemente publicado– y amarró 42 diputados, el doble que el mejor resultado de la Izquierda Unida de Julio Anguita. Al cabo de un mes, Podemos se desplomaba en las municipales, con la consiguiente pérdida de poder territorial. Ese desmayo animó a Sánchez a lanzarse en busca de la abstención de Ciudadanos.
Podemos es hoy Iglesias y el capitán busca abrigo. Alexis Tsipras ha sido derrotado con honor en Grecia. Syriza no se ha volatilizado en la medida que ha gobernado. Gobernar es proyectar fuerza. Controlar la parábola descendente del impulso Syriza-Podemos del 2014, a la espera de que la historia despeje qué va a ocurrir en Europa. Este parece ser el objetivo.
Podemos, todavía en riesgo de implosión, quiere correr mejor suerte que Syriza: gobernar la recuperación