La Vanguardia

Diego y su zapatería

- Flavia Company

Esta mañana salgo a hacer algunos recados, entre los cuales una visita al zapatero remendón del barrio de Congreso, en Buenos Aires, para hacerle unos agujeros a un cinturón nuevo que me queda grande.

Abro la puerta corrediza, entro en el viejo local, repleto de estantería­s llenas de zapatos, unos ya reparados y otros a la espera de su turno, y me invade ese olor caracterís­tico del betún mezclado con la cola y el cuero que tanto me gusta. Enseguida sale a recibirme el muchacho a cargo del establecim­iento. Los hombros encogidos, gorro de lana, manos en los bolsillos, sonrisa. Qué frío tenemos, le digo. No llega a diez grados la temperatur­a, hoy. Y claro, cualquiera prende la estufa, me contesta. No cabe duda de que últimament­e anda costando más que nunca pagar

las cuentas en este país, pienso. Es tan injusto que alguien tenga que trabajar helándose. Que alguien tenga que helarse.

Le pido lo que necesito. Se saca las manos de los bolsillos, empuña la pinza sacabocado­s y hace con cuidado y precisión los agujeros que le indico. Le pregunto cuánto le debo. No quiere cobrar. Insisto. Se niega. Doy las gracias y me voy.

Llego al apartament­o en que me estoy alojando estos días. Me siento un rato al sol, en el balcón. Estoy conmovida. Esa sensación que queda tras observar cómo da lo que puede alguien que tiene menos de lo que necesita. Tomo una decisión. Vuelvo a ponerme la chaqueta y salgo de nuevo a la calle. Me presento otra vez en la zapatería. El muchacho me mira sorprendid­o. ¿Más agujeros?, pregunta con la mirada.

Entonces le cuento que soy escritora, que ahí le llevo de regalo un ejemplar de mi novela Magokoro, cuya historia empieza justo en una zapatería. Le cuento que Magokoro quiere decir, en japonés, dar de corazón, sin interés ni intención. Lo que tú has hecho antes, lo que hago ahora yo, añado. Le pregunto por su nombre, para dedicarle el libro. He llevado la pluma. Termino de escribir una frase que hace referencia a cómo el frío de este día se ha convertido en calor para nuestros corazones. Antes de darnos un abrazo le digo que si él no estuviera ahí, que si no mantuviera abierta esa entrañable zapatería, hoy yo no habría sabido a dónde ir para algo tan sencillo y en cambio tan importante. Tan importante porque los detalles parecen sólo eso y después son la vida.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain