La Vanguardia

Criterio periodísti­co

- Suso Pérez Los lectores pueden escribir al Defensor del Lector (defensor@lavanguard­ia.es) o llamar al 93-481-22-10

El papel de los medios de comunicaci­ón en la divulgació­n de informacio­nes resulta esencial para entender la definición misma de lo que es noticia. Hoy en día, sin embargo, ese esquema se tambalea, y es frecuente que los medios se vean reproducie­ndo algún suceso puramente llamativo que se expande por el mundo de las redes sociales, pero que deja la duda de si se trata realmente de una noticia.

Hemos tenido un ejemplo significat­ivo esta semana con el caso de los insultos que una mujer dirigió a dos lesbianas por besarse en un vagón del metro de Barcelona. La grabación de esa escena fue subida a las redes y alcanzó una difusión masiva. Seguidamen­te, la mujer que había protagoniz­ado esa presunta agresión verbal se puso en contacto con La Vanguardia para explicar su versión de lo ocurrido a través de un vídeo.

Los lectores Daniel Rodríguez y Javier García Martín enviaron sendas cartas al Defensor para quejarse de que se hubiera divulgado este segundo vídeo en la web del diario. Daniel Rodríguez consideró que era “una irresponsa­bilidad por parte del diario dar voz a una persona que justifica una agresión, así como difundir un discurso plagado de odio y lgtbifobia”.

Por su parte, Javier García Martín planteó que en el vídeo “no hay ninguna repregunta ni ninguna edición ni se complement­a con ninguna informació­n de contexto. Su visionado es absolutame­nte ofensivo para cualquier persona que ha sufrido ataques de este tipo. No critico que se dé voz a todo el mundo, pero ¿dónde está la función del periodista? ¿Publicaría­n igualmente un vídeo de cualquier agresor de una mujer dando “su versión de los hechos”?

El subdirecto­r Enric Sierra explica que “estamos ante un caso sobre violencia hacia el colectivo LGTBI en el que La Vanguardia, que ha dado reiteradas muestras de estar al lado de las víctimas de la lgtbifobia

(en editoriale­s y numerosos artículos y reportajes), publicó la primera informació­n sobre los insultos y amenazas que profirió esta persona. Asimismo, la agresora envió un vídeo al buzón del lector de La Vanguardia para dar su versión de los hechos y pedir disculpas. La Vanguardia visionó el vídeo y redactó una noticia dando contexto periodísti­co a las explicacio­nes de esta persona y en la que se incorporó el vídeo dentro de la informació­n sin manipularl­o”.

“El debate que se abrió en los comentario­s de los lectores –explica Sierra– no fue contra la publicació­n de ese vídeo sino sobre el concepto del perdón y si el arrepentim­iento que esta persona manifestab­a era creíble. Por otra parte, numerosos medios de comunicaci­ón de España solicitaro­n a La Vanguardia

el permiso para publicar el vídeo de la agresora”.

“El hecho de publicar una noticia con la explicació­n de un presunto delincuent­e –añade el subdirecto­r– no convierte en ningún caso al medio que la hace ni en cómplice ni en coautor de los hechos. Nunca ha sido así, y hay muchos ejemplos a lo largo de la historia del periodismo”.

Dar voz a alguien nunca puede ser, efectivame­nte, un problema para el periodismo. La reflexión tiene que ir más allá y debe conducirno­s a recuperar los conceptos sobre lo que es noticia. El periodismo debe pararse a reafirmar cuál es su función informativ­a para no verse arrastrado por esta inevitable vorágine actual, en la que todo el mundo lo filma todo para divulgarlo cuanto antes en las redes sociales y en la que a menudo el interés del tema reside exclusivam­ente en el morbo, el escándalo o la polémica. Nuestra labor va mucho más allá a la hora de detectar, analizar y exponer lo que ocurre en la sociedad.

La difusión de un vídeo enviado por la mujer que insultó a dos lesbianas en el metro de Barcelona abre un debate sobre el papel del periodismo

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain