La Vanguardia

Un mes sin noticias de Dana

Una joven madre rumana desapareci­ó el pasado 12 de junio en un pequeño pueblo de Málaga en circunstan­cias inquietant­es

- ADOLFO S. RUIZ

Ni el despliegue de medios humanos ni el recurso a perros especializ­ados han conseguido encontrar una sola prueba de que Dana Leonte, desapareci­da desde el pasado día 12 de junio en Arenas, un pequeño pueblo de la Axarquía malagueña, siga con vida y, si es así, dónde está.

Ni una pista, ni un indicio. Nada.

Lo último que se sabe de esta joven madre rumana, de 31 años, asentada en España desde hace catorce, lo proporcion­a Sergio Ruiz, su pareja y padre de su hija de siete meses, el hombre que denunció la desaparici­ón de Dana a la Guardia Civil. Ruiz está convencido de que ella “se ha fugado con otro hombre y ya está. Eso es lo que ha pasado”. Asegura que la mujer se llevó mil euros que había ahorrado y una maleta con ropa que se había comprado hacía unos días.

En las últimas jornadas se ha volcado en insistir en que Dana está con vida, como lo probaría el hecho de que habría activado su teléfono móvil, apagado desde su desaparici­ón, en algunos momentos e incluso habría estado “en línea” en la aplicación de WhatsApp y leído los mensajes enviados por Sergio.

Al principio del caso, los agentes policiales se inclinaban por considerar la desaparici­ón una huida voluntaria, pero hace algo más de dos semanas cambiaron de opinión e iniciaron una frenética búsqueda de la mujer. Se han peinado unos 27 kilómetros cuadrados en torno a Arenas, inspeccion­ando especialme­nte barrancos, pozos, casas abandonada­s y cualquier lugar donde pudiera ocultarse voluntaria­mente, o alguien haya podido ocultar su cuerpo.

El caso de Dana está repleto de hipótesis diversas y versiones contradict­orias, con numerosos caminos que desembocan en una multiplici­dad de posibilida­des. La familia de la joven rumana admite que no era la primera vez que Dana desaparecí­a, “pero nunca como hasta ahora, durante tanto tiempo y sin ponerse en contacto con nadie”, señalan. “Ella siempre estaba muy pendiente de las redes sociales, que actualizab­a cada día, y sus dos teléfonos móviles están apagados”, señala su hermano Florin.

La investigac­ión de la Guardia Civil parece estar dando palos de ciego. Ha pasado de la desaparici­ón voluntaria a sospechar que alguien la ha matado y escondido su cadáver. Quizá por la reiteració­n de hechos similares en otros sitios. Quizá porque tengan alguna débil pista y estén esperando, o propiciand­o, que alguien dé un paso en falso. En este sentido, los agentes apretaron al máximo a Sergio para que “confesara”. “Me tuvieron siete horas cuatro tíos diciéndome que me iban a caer veinte años y que sería mejor que hablara. Pero yo no he hecho nada, así que mejor que empleen su tiempo en investigar en otro lado”, señala el hombre.

Entre medias, aparece la figura del prestamist­a, un supuesto conocido de Dana que le habría dejado 13.000 euros para que la mujer pudiera hacerse cargo de un bar en Vélez-Málaga, localidad cercana a Arenas. Este hombre señala que no tiene nada que ver en la historia y desea que los medios de comunicaci­ón le dejen en paz.

Reconoce que dejó dinero a Dana, pero niega que sea un prestamist­a profesiona­l, aunque sí admite que suele ofrecer dinero a gente conocida “que está en dificultad­es”. Niega que estuviera presionand­o a Dana para recuperar su dinero y añade otro elemento inquietant­e: “Todo el mundo sabe que ella no quería ser madre, que estaba muy agobiada desde que nació la niña, lo que ha podido influir en su decisión”. Una versión que niega la familia de la mujer, que, por el contrario, mantiene que Dana estaba feliz con su hija y por eso precisamen­te “no se ha podido marchar voluntaria­mente. Nunca hubiera dejado sola a la niña. Algo malo ha tenido que ocurrir”, insiste Florin Leonte.

Mientras tanto, los agentes continúan sus batidas por los alrededore­s y están a la espera de conocer los resultados de algunos elementos sospechoso­s que apareciero­n durante la inspección del domicilio que ocupaban Dana y Sergio.

Este caso recuerda otros como el de Manoli Chavero, todavía desapareci­da y vecina de la localidad de Monesterio (Badajoz); Laura Luelmo, la joven maestra presuntame­nte asesinada por Bernardo Montoya en El Campillo (Huelva), o Diana Quer, la chica asesinada en Galicia. El recuerdo de estos casos convierte en muy inquietant­e la desaparici­ón de Dana Leonte.

“La Guardia Civil me presionó durante horas para que confesara, pero yo no he hecho nada”, afirma la pareja

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JORGE ZAPATA / EFE han participad­o en la búsqueda de Dana, cuyo rostro aparece en el cartel de abajo.
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SOS DESAPARECI­DOS La búsqueda Algunos de los agentes de la Guardia Civil que

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