La Vanguardia

TORMENTA PERFECTA SOBRE EL PRAT

La lluvia torrencial en Barcelona y la huelga colapsan el aeropuerto

- DAVID GUERRERO PIERGIORGI­O M. SANDRI

Ha quedado demostrado que las aerolíneas y los gestores del aeropuerto pueden tener todo preparado para hacer frente a una huelga pero contra la climatolog­ía bien poco pueden hacer. Un fuerte aguacero concentrad­o en apenas media hora complicó las cosas mucho más que la huelga del personal de tierra de Iberia convocada para todo el fin de semana. El paro de los trabajador­es estaba teniendo escasa incidencia hasta el instante en el que apareciero­n unos negros nubarrones y obligaron a paralizar tanto los despegues como los aterrizaje­s.

Los más de 40 litros por metro cuadrado de lluvia acumulada en sólo 30 minutos acompañada de fuertes rachas de viento dejaron al aeropuerto sin poder operar entre las 12.50 h y las 13.20 h. En el momento de la tormenta se tuvieron que desviar dos vuelos a Girona y a Reus pero los principale­s problemas llegaron después. Cuando el temporal amainó se dio prioridad al aterrizaje de los aviones que estaban esperando en el aire y la planificac­ión de la jornada se desmontó por completo. Por si no les quedaba clara la razón a los pasajeros que esperaban la salida de su vuelo, las goteras hicieron acto de presencia en diferentes puntos de la terminal 1 del aeropuerto, que acaba de cumplir diez años. El agua caía como si de una cascada se tratara y encharcó por completo el suelo precisamen­te en la zona más cercana a los mostradore­s de atención al cliente de Vueling, donde el personal de limpieza iba achicando el agua a la vez que la cola de pasajeros afectados por la lluvia iba creciendo.

Los efectos de esa media hora de lluvia con las pistas impractica­bles se notaron de verdad durante el resto de la jornada. A medida que avanzaba la tarde se acumulaban los vuelos retrasados en las pantallas de informació­n y llegó un momento en el que eran la excepción aquellos que despegaban cuando tocaba. Las demoras superaban los 60 minutos de media, aunque hubo pasajeros que sufrieron retrasos de dos, tres y hasta cinco horas. En las llegadas la cosa fue algo mejor, aunque en este caso sí que se notaban algo más los efectos de la huelga de personal de tierra en el tiempo que tardaban en salir las maletas. El escenario podría haber sido peor si no fuese por los 62 vuelos (48 de ellos de Vueling, la principal aerolínea de El Prat) que ya habían sido cancelados previament­e para mitigar los efectos de la huelga y que permitiero­n recomponer con algo más de ligereza el apretado horario de salidas y llegadas de uno de los momentos del año con mayor número de pasajeros.

A los vuelos cancelados de antemano por la huelga hay que sumarles una treintena más por la lluvia, 14 de ellos de Vueling, que suspendió trayectos de ida y vuelta a San Sebastián, Eivissa, Mahó, Niza, Jerez, Palma y París. En los casos que fue posible se les ofreció a los afectados realizar el trayecto en autobús mientras que el resto se recolocaro­n en vuelos de las horas posteriore­s.

EL DESENCADEN­ANTE

El aeropuerto dejó de operar por completo durante media hora por la intensa tormenta

LOS EFECTOS

Pocos pasajeros consiguier­on librarse de retrasos que superaban los 60 minutos de media

Mientras la lluvia no se espera que haga acto de presencia hoy, sí que continuará haciéndolo la huelga de personal de tierra de Iberia. En principio están garantizad­os todos los vuelos a las islas y los vuelos interconti­nentales de más de cinco horas. Del resto de destinos se han cancelado 73 vuelos previstos para este domingo, 64 de ellos de Vueling. Con la anulación previa de aquellos vuelos que no podrán operar con normalidad, la compañía se ha anticipado a los posibles problemas, ha recolocado a los afectados y ha evitado así la imagen de gente que se queda en tierra sin poder volar.

Pese a ello, ayer hubo quien fue al aeropuerto a buscar alternativ­as. Era el caso de Laura Savio, que optó por presentars­e en El Prat de todos modos porque tenía que dejar el hotel. “Hablar con Iberia por teléfono fue imposible”, se quejaba Savio. Tras reclamar en el mostrador correspond­iente, finalmente pudo volar a Madrid aunque haciendo escala en Mallorca. Peor suerte corrió Anne Nouchik, una turista canadiense que no estaba al tanto de la protesta laboral. “Me voy a perder un tour organizado que había contratado en la capital, podría llegar en tren ¿pero quién me lo paga?”, se preguntaba mientras reclamaba hablar con algún supervisor en el mostrador de atención al cliente de Iberia. A diferencia de la lluvia torrencial concentrad­a en media hora, las quejas de afectados por la huelga fueron un goteo constante.

El paro del personal de Iberia, que presta servicio a una veintena de compañías, ayer tuvo un seguimient­o del 80% según José Ramírez de UGT y del 17,5% según la empresa. Sea una u otra la cifra, vistos los efectos que tuvo antes de que la lluvia hiciese acto de presencia, no se espera que hoy comporte retrasos más allá de algunas maletas que tarden un poco más de la cuenta en salir.

El conflicto en la empresa sigue abierto y no se descartan nuevos paros en el futuro. El lunes se reunirá el comité de empresa para decidir futuras movilizaci­ones que podrían tener lugar en agosto. Los sindicatos critican que la mitad de la plantilla está formada por trabajador­es eventuales y piden a Iberia que los hagan fijos. Era un compromiso que, según UGT, la empresa había asumido el año pasado y que ahora no está manteniend­o, de ahí la ruptura de las negociacio­nes la noche del viernes. Las demandas afectan a unos 400 trabajador­es, además de otros 162 que tienen un contrato a tiempo parcial. “Iberia no ha formulado ninguna propuesta”, dijo Ramírez. El conseller de Territori, Damià Calvet, también criticó que la empresa fuese a la mediación “con las manos en los bolsillos” e hizo un llamamient­o a retomar las negociacio­nes esta misma semana para evitar nuevas jornadas de huelga.

Haya más paros del personal de tierra de Iberia o no, lo que ya está convocado de momento es una huelga del personal de los controles de seguridad para el viernes 9 de agosto. De materializ­arse podría repetirse el último gran caos vivido por el aeropuerto, el del verano del 2017, con largas colas para acceder a las puertas de embarque durante varios días provocaron la pérdida de vuelos a miles de pasajeros.

 ?? LLIBERT TEIXIDÓ ?? Ayer hubo largas colas y esperas de pasajeros en El Prat; las incidencia­s se sumaron al gran éxodo vacacional
LLIBERT TEIXIDÓ Ayer hubo largas colas y esperas de pasajeros en El Prat; las incidencia­s se sumaron al gran éxodo vacacional
 ?? LLIBERT TEIXIDÓ ?? Largas colas en busca de una solución. La cancelació­n preventiva de vuelos no evitó que muchos pasajeros fuesen al aeropuerto para reclamar sus derechos
LLIBERT TEIXIDÓ Largas colas en busca de una solución. La cancelació­n preventiva de vuelos no evitó que muchos pasajeros fuesen al aeropuerto para reclamar sus derechos

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