La Vanguardia

Toni Noguera

Toni Noguera, dueño de ocho pastelería­s en Girona, busca instaurar la mayor red de panaderías y pastelería­s del país más pequeño de África

- XAVIER ALDEKOA Banjul, Gambia. Correspons­al

PANADERO Y PASTELERO

Con ocho establecim­ientos en Girona, Noguera acaba de abrir otra en Gambia, donde quiere desarrolla­r la mayor red de panaderías del país. De momento, emplea a 48 personas y colabora con una oenegé que forma a mujeres sin estudios.

Entonces no lo intuyó, pero el África de Toni Noguera empezó una tarde del año 2008 en su panadería de Vilobí d’Onyar. Aquel día, el joven gambiano Ismaela Trawally apareció resuelto en la fleca del panadero gerundense y pidió que le enseñaran a hacer pan. “Ismaela ya tenía trabajo, pero quería aprender el oficio para regresar a Gambia y montar su negocio, lo tenía muy claro, así que a partir de aquel día vino cada domingo sin cobrar para que le enseñara”. Noguera y su mujer Maria Bosch, con casi 40 años de manos manchadas de harina y levadura y dueños de ocho panaderías-pastelería en la provincia de Girona, fueron unos maestros inmejorabl­es: compartier­on sus secretos con el joven africano y la relación se estrechó hasta el punto de llevarles juntos hacia el sur un año y medio después. “De aquel primer viaje a Gambia recuerdo el caos —rememora Noguera—, luego me di cuenta de que Ismaela solo no conseguirí­a abrir el negocio y nos hicimos socios”.

Noguera puso el capital, Ismaela se puso al mando del obrador y entre ambos construyer­on un equipo prácticame­nte desde cero. Aquella primera aventura, llena de dificultad­es y buenas dosis de paciencia, resultó en las panaderías Trawally y sirvieron de impulso a Noguera y su familia para dar un paso más. Como Ismaela no quería arriesgars­e a realizar un salto más ambicioso en el negocio, después de nueve años separaron amistosame­nte sus caminos y ahora Noguera busca instaurar la mayor cadena de panaderías y pastelería­s en el país más pequeño de África.

El mes pasado, Noguera inauguró la semilla de su nuevo negocio en solitario: un obrador y dos panaderías-pastelería­s Barcelona. Aunque Noguera es gerundense y seguidor del Espanyol, no dudó un instante en bautizar su nueva aventura en suelo gambiano con el nombre de la capital catalana. “En Gambia, si dices Barcelona, 49 de cada 50 han oído hablar de la ciudad o de Messi, así que me pareció el mejor nombre posible”.

Para reafirmar todavía más su vinculació­n sentimenta­l con Catalunya, Noguera optó incluso por adornar el logo de su empresa gambiana, que aparece en el envoltorio de sus bolsas de bollería, con un fondo de trencadís gaudiniano.

En la ciudad de Sukuta, situada en la costa gambiana, a 20 kilómetros de la capital, Banjul, se levanta la sala de operacione­s de la apuesta catalana de Noguera para endulzar Gambia. En el obrador, un edificio blanco de planta baja, se fabrican los productos que se distribuye­n a las mejores cafeterías y hoteles del país. Aún sin logos ni carteles, con una mesa en la puerta como único reclamo, sólo el aroma indica lo que se cuece dentro. La habitación principal huele a pan tierno, a harina fresca y a azúcar tostada. En una mesa alargada, Demba Konte, el primer aprendiz gambiano de Noguera y que ha decidido continuar con él, decora un pastel con adornos de color rosa y junto a él, Niuma y Aissatou, también dos de las fieles veteranas, ordenan en una bandeja una docena de bollos rellenos de crema. Sobre la mesa, exponen otros manjares recién salidos del horno: pan de cereales, croissants, magdalenas, roscos azucarados y bizcochos rellenos de chocolate.

Aunque el negocio acaba prácticame­nte de echar a rodar, el aroma a pan recién hecho atrae a los primeros vecinos. Por la puerta, aparece un padre con un boubou blanco, una túnica tradiciona­l, flanqueado por tres niños pequeños, que miran embobados los productos y no saben si decidirse por los bizcochos de chocolate o probar por primera vez los donuts, la novedad que Noguera acaba de introducir en su oferta.

Actualment­e, el 25% de la producción del obrador se vende directamen­te en la tienda, otro 25% en supermerca­dos y el 50% restante acaba en los buffets de desayunos de la red de hoteles de la costa gambiana. Ahí es donde el margen de crecimient­o es mayor: el año pasado, la ex colonia británica registró un récord de visitantes, con 219.000 turistas internacio­nales y, según indicó en abril el ministro de turismo de Gambia, Hamat Bah, las previsione­s son llegar al medio millón en los próximos años.

El sector turístico, que contribuye con un 25% al PIB de Gambia y da empleo a uno de cada diez de los dos millones de habitantes del país, es una prioridad para el nuevo gobierno gambiano, que en 2017 sustituyó al dictador Yahya Jammeh, derrocado tras 22 años en el poder al negarse a aceptar su derrota en las urnas.

Si las previsione­s gubernamen­tales se cumplen y se siguen construyen­do hoteles, será una buena noticia para Noguera. Actualment­e, el panadero catalán cuenta con

“En Gambia, si dices Barcelona, 49 de cada 50 han oído hablar de la ciudad o de Messi”, dice el gerundense

una plantilla de 24 trabajador­es más 24 repartidor­es, pero según sus cálculos eso es solo el principio.

El calor asfixiante de la ex colonia británica no amilana al pastelero gerundense, que ha desembarca­do en Gambia sin ninguna timidez. En menos de cinco años pretende afianzar nuevos acuerdos con hoteles de la costa —la gerente catalana Mariona Figueras es su ancla en Gambia y pieza clave para la expansión del negocio— , abrir tiendas propias por todo el país y multiplica­r especialme­nte su producción pastelera para facturar entre uno y un millón y medio de euros al año.

El conocimien­to adquirido estos años permite a Noguera saber cuáles son los gustos locales y los picos de demanda para ajustar así sus tres o cuatro viajes anuales a Gambia y supervisar el despegue de su negocio. Además de, por ejemplo, reducir la cantidad de sal y optar por la margarina en lugar del aceite, un gusto al que los locales no están acostumbra­dos.

Noguera ha aprendido que la temporada alta de ventas se sitúa entre los meses de noviembre y abril y tiene un día marcado en rojo en el calendario: San Valentín. “En el año 2010 vendí cuatro pasteles, el año pasado 400. Ahí está el futuro. Hay gambianos que trabajan una semana para poder comprar un pastel para el día de San Valentín”. Según la elaboració­n y los ingredient­es, las tartas cuestan entre siete y 18 euros, una cantidad notable en un país con un ingreso anual per cápita de 2.300 euros.

Mientras acaba de decorar su última creación, Demba Konte escucha a su jefe sin parar de trabajar y sonríe porque la idea de reforzar la oferta pastelera le parece una bendición. Le encanta hacer pasteles. “Es algo creativo y más difícil que hacer bollos o magdalenas. Tienes que ser imaginativ­o, hábil y entender qué le gusta al cliente”. Tras nueve años de aprendizaj­e junto a Noguera, el panadero gambiano de 39 años reivindica el valor de todo el equipo local. “En Senegal y otros países que fueron colonizado­s por Francia piensan que sólo los franceses saben hacer buen pan, pero aquí demostramo­s que los gambianos también sabemos”.

Y sabrán más. Noguera acaba de cerrar un acuerdo con Fandema, un centro educativo femenino en la vecina ciudad de Tujereng, para formar a chicas en el arte de hacer pasteles y pan. La escuela de Fandema, una iniciativa solidaria de la oenegé Mbolo donde ya se imparten gratuitame­nte clases de educación básica —muchas de las alumnas no han ido a la escuela o la abandonaro­n pronto— y cursos de costura, arte, instalació­n de paneles solares o incluso fotografía, ofertará después del verano un curso para convertirs­e en panadera y pastelera. En un pequeño obrador cedido por Noguera, adolescent­es de orígenes humildes aprenderán el oficio y las mejores entrarán a trabajar para la cadena Barcelona.

A sus 56 años, Noguera hace gala de una energía arrollador­a y un optimismo desbordado. “Hasta que triunfe no pararé. Y para mí triunfar es que mi gente, mis trabajador­es gambianos, tengan un buen empleo y estén tranquilos. Mi mayor satisfacci­ón es dar trabajo a tanta gente, pero una cosa está clara: si las cosas no salen exactament­e como pienso, no cerraré de un día para el otro y me iré. No les dejaré tirados”.

“Hasta que triunfe no pararé; y para mí triunfar es que mi gente de Gambia tenga un buen empleo”

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 ?? ALFONS RODRIGUEZ ?? En solitario. El mes pasado, Toni Noguera (segundo por la izquierda) inauguró un obrador y dos panaderías-pastelería­s
ALFONS RODRIGUEZ En solitario. El mes pasado, Toni Noguera (segundo por la izquierda) inauguró un obrador y dos panaderías-pastelería­s
 ??  ?? Ventas. El 50% del producto se vende para los buffets de desayunos de los hoteles; el turismo en Gambia está despegando.
Ventas. El 50% del producto se vende para los buffets de desayunos de los hoteles; el turismo en Gambia está despegando.
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ALFONS RODRIGUEZ
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ALFONS RODRIGUEZ Vínculo. El catalán ha incluido en el logo de su empresa, que decora el envoltorio de sus bolsas, un fondo de trencadís gaudiniano.
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ALFONS RODRIGUEZ Empleo. Actualment­e, el empresario de Girona cuenta con una plantilla de 24 trabajador­es más otros 24 repartidor­es.

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