La Vanguardia

Empleos regulariza­dos

La Inspección de Trabajo centró la actuación en el control de esas empresas

- EDUARDO MAGALLÓN

Dos tercios de los cooperativ­istas del sector cárnico han pasado en un año a trabajar con contrato por la presión de la inspección de Trabajo.

La labor de la Inspección de Trabajo de perseguir el uso fraudulent­o de las cooperativ­as de trabajo asociadas en el sector cárnico en Catalunya ha permitido que en un año dos tercios de los empleados autónomos pasen a ser trabajador­es por cuenta ajena y, por lo tanto, afiliados a la Seguridad Social. Una parte de las inspeccion­es de Trabajo han sido de oficio y otras después de una denuncia de un sindicato o un particular.

Mientras en marzo del 2018, la afiliación al régimen de trabajador­es autónomos en el sector del sacrificio de animales en Catalunya era de 9.548 personas, en junio pasado la cifra había bajado a 3.342, un 65% menos. Son 6.206 menos. En paralelo, el número de trabajador­es afiliados a la Seguridad Social que trabajan en ese mismo sector ha crecido en el mismo periodo en 6.412, hasta los 29.108.

El secretario general de Treball, Josep Ginesta, señala que en todo este proceso “no se ha perdido ocupación”. Ginesta añade que la Inspección no pone sanciones si la empresa acepta llevar a cabo las modificaci­ones necesarias para adecuarse a la nueva legalidad. Algunos de los casos en los que se ha conseguido la transforma­ción son la firma aragonesa Grupo Jorge, la catalana Vall Companys o la que deba servicio a Mercabarna como se detalla en la informació­n adjunta.

La secretaria del área de alimentaci­ón de UGT, Alicia Buil, sostiene que “en algunas de las empresas que han pasado de ser cooperativ­as de trabajador­es a sociedades mercantile­s creemos que aún se da una cesión ilegal de trabajador­es”. Esa situación se produce cuando una empresa contrata a otra para hacer el trabajo básico de su actividad. En ese caso no se usan trabajador­es propios sino de una empresa tercera y por eso se considera que hay cesión ilegal.

El caso más evidente es el del Grupo Jorge. En una primera fase la empresa aceptó transforma­r las cooperativ­as de trabajo asociado donde los empleados eran autónomos a una sociedad en la que eran asalariado­s. En una segunda fase y tras una denuncia de UGT esos trabajador­es pasaron a ser contratado­s directamen­te por Grupo Jorge y no por terceras empresas.

El modelo de cooperativ­as estaba muy extendido en el negocio de los mataderos en Catalunya desde hace años. En algunos casos se ha utilizaba para abonar a los trabajador­es un salario inferior al que marca

El Departamen­t de Treball defiende que no se han perdido empleos con el cambio de régimen laboral

el convenio colectivo. O el mismo pero ahorrándos­e los costes de la Seguridad Social. La campaña de la Inspección de Trabajo arrancó después de que el Parlament aprobara una ley que obligaba a que los empleados de esas cooperativ­as disfrutara­n de unas condicione­s laborales asimilable­s a las de los asalariado­s directos de la empresa.

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