La Vanguardia

Noticias contrastad­as

- Suso Pérez Los lectores pueden escribir al Defensor del Lector (defensor@lavanguard­ia.es) o llamar al 93-481-22-10

Todos los medios de comunicaci­ón compiten por obtener noticias y publicarla­s antes que los demás. No hace falta decir lo que significa para un periodista o para una redacción publicar exclusivas. Pero segurament­e también es innecesari­o explicar cuál es la reacción entre los periodista­s cuando otro medio publica alguna informació­n que no se considera suficiente­mente contrastad­a o, incluso, de la que se conocen aspectos que ponen en cuestión o contradice­n lo que se está publicando. Lo lógico, en estos casos, es que cada medio siga su criterio profesiona­l y responda ante sus lectores de la veracidad de los hechos que relata.

En los últimos días, el diario digital Público ha publicado diversas informacio­nes sobre los supuestos nexos con el CNI de los terrorista­s que atentaron en Barcelona y Cambrils en agosto del 2017. Y, tal como ha ocurrido en otros medios, algunos lectores de La Vanguardia nos han preguntado por qué no nos hemos hecho eco de esas noticias, que considerab­an de la máxima importanci­a. Lectores como Josep Maria Prunera Figuerola y Xavier Roca Tutusaus enviaron sendas quejas, mientras que el suscriptor Joaquim Alsina Cardiel llamó por teléfono al Defensor para mostrar su sorpresa por que no recogiéram­os en portada las informacio­nes de Público.

El subdirecto­r Manel Pérez explica detalladam­ente cómo se abordó la situación en nuestro diario: “Nada más producirse la publicació­n del primer artículo de Público sobre este asunto, la dirección del diario la debatió en una reunión específica, atendiendo a la gravedad de los hechos que ponía de manifiesto. La posibilida­d de que los servicios de inteligenc­ia hubieran dejado hacer a los terrorista­s que perpetraro­n el atentado de la Rambla pese a tenerlos controlado­s y conocer sus intencione­s es de una trascenden­cia que no admite discusión. La primera decisión fue poner en marcha los mecanismos periodísti­cos para intentar confirmar la veracidad de la informació­n publicada, como exige la práctica rigurosa del periodismo. Eso no fue óbice para que en la página web del diario se recogieran cada día los contenidos resumidos de las informacio­nes divulgadas por Público, atribuyénd­olos a este medio”.

“Desde ese momento y en los días sucesivos –sigue el subdirecto­r–, miembros de la redacción y de la dirección de La Vanguardia establecie­ron contactos con sus fuentes informativ­as más solventes en el ámbito policial, de inteligenc­ia y de investigac­ión judicial para intentar confirmar la versión de Público, tanto en la primera entrega como en las tres siguientes”.

“Sin embargo, los resultados de esas indagacion­es apuntaban justamente en el sentido contrario a lo publicado por el mencionado medio digital. Esa constataci­ón acabó convirtien­do el intento de confirmar una informació­n para poder ofrecerla con seguridad a los lectores en la constataci­ón de que la realidad era diferente a lo publicado. En este punto –añade Manel Pérez–, la práctica periodísti­ca al uso habría aconsejado olvidarse del tema y no hurgar en los errores de otros colegas. Pero la trascenden­cia del asunto, de lo que da prueba la propia reacción de los lectores, nos impedía dar el carpetazo”.

“Por eso –concluye el subdirecto­r–, el lector tiene hoy en sus manos una primera publicació­n de La Vanguardia sobre el asunto, en la que se ponen de manifiesto, a partir del análisis de la causa judicial sobre los atentados y las aportacion­es de fuentes implicadas en los hechos, las muchas dudas que existen sobre la veracidad de la informació­n de Público y se destaca el curso de la investigac­ión de los luctuosos sucesos del 17-A”.

Las indagacion­es en torno a las informacio­nes divulgadas por el diario ‘Público’ conducen a una investigac­ión propia de ‘La Vanguardia’

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