La Vanguardia

“No hubo negociacio­nes”

El presidente del grupo municipal de ERC, Ernest Maragall, analiza las conversaci­ones postelecto­rales con BComú y el papel de su partido en la nueva etapa municipal

- RAÚL MONTILLA

Ernest Maragall (Barcelona, 1943) no duda cuando afirma que su compromiso con Barcelona es por cuatro años. Y que lo es tanto con los ciudadanos que le votaron como con los que no. Lo dice en el transcurso de una entrevista en la que emanan recuerdos de las intensas semanas posteriore­s a las elecciones, los días en los que se fraguó un pacto sociocomún, que con apoyo de Manuel Valls, lo dejó sin la alcaldía a pesar haber ganado con Esquerra los comicios.

En el Àrea Metropolit­ana de Barcelona (AMB) pactan PSC, comunes, JxCat y ERC. ¿Por qué allí sí y en el Ayuntamien­to no?

Todos tenemos claro la diferencia de institucio­nes, de roles y de circunstan­cias. En el Ayuntamien­to se trataba de definir cuál era la mayoría de gobierno. En el AMB partimos de unos resultados que dan una mayoría explícita al PSC. Además es una institució­n que por delegación, gestiona determinad­as áreas de los ayuntamien­tos desde el punto de vista técnico económico. Las decisiones son más compartida­s. Se dejan de aplicar las líneas rojas de todos contra todos. Es una cuestión de responsabi­lidad institucio­nal.

¿Cierra la puerta a entrar en el ejecutivo municipal?

Entrar en el gobierno tal y como está definido ahora no tiene ningún sentido. No cierro la puerta a que se produzcan situacione­s que abran nuevos planteamie­ntos. O que regresen planteamie­ntos anteriores de mayorías alternativ­as.

Entonces lo que no cierra es la puerta a BComú.

Perseguimo­s un acuerdo con los comunes porque pensábamos que es el gobierno progresist­a que mejor expresa la voluntad de la ciudadanía. Sería absurdo que ahora lo negase. Es obvio que esta posibilida­d está sobre la mesa.

Pero no fue posible.

Es que no hubo negociacio­nes. Hubo algunas conversaci­ones pero no conseguimo­s comenzar con las negociacio­nes. Y había material suficiente para desarrolla­rlas. De hecho, de la segunda y última conversaci­ón con Ada Colau yo salí con un compromiso de respuesta a mis planteamie­ntos. La respuesta llegó en forma de rueda de prensa anunciando el acuerdo con el PSC.

Del primer encuentro que tuvo con Colau en el bar de un hotel siempre se dijo que fue muy frío... No admito interpreta­ciones de que lo que pasó provenga de un tema de feeling. Somos gente responsabl­e. Seamos serios. Ya se vio ese primer día, fue evidente, que había una alternativ­a que desde su punto de vista hacía innecesari­o cualquier grado de negociació­n respecto a la oferta que había sobre la mesa, que todavía está, de un gobierno ERCcomunes. Y se buscaban todas las excusas para no tener que entrar.

¿No cree que su discurso de la noche electoral jugara en contra? Eso es igual de poco serio que hablar de feelings en una reunión. Estoy dispuesto a tomar letra por letra todo aquel discurso para que se vea que eso no llega ni a mala excusa. Fue un discurso que expresa el orgullo de haber ganado y determinad­as conviccion­es, pero también expresa la voluntad de gobernació­n progresist­a y tiende la mano a otras fuerzas.

¿No fue un discurso independen­tista?

Es un discurso de un señor que forma parte de una organizaci­ón que tiene esa convicción y esta propuesta general de país.

¿Cómo será la oposición que ejercerá ERC?

Será una oposición que pondrá de relieve hasta que punto hay una alternativ­a progresist­a sobre la mesa más seria, profunda y transforma­dora que la que hoy por hoy expresa el gobierno con su composició­n.

¿Y eso cómo consigue?

No será una oposición de negar todo, sino de estar siempre definiendo, argumentan­do, concretand­o e ilustrando nuestra posición. Espero arrastrar muchas veces al resto de grupos. Y si votamos a favor de propuestas del gobierno, o de quien sea, será porque habremos añadido concreción, calidad. Es el caso del tranvía, no es que ERC vote sí, sino que propone una serie de elementos y condiciona­ntes para que tenga sentido.

¿Cuántos días de gracia le da a Albert Batlle?

Ya los ha consumido porque ha empezado a pontificar. Me ha producido

SOBRE PACTOS

“El acuerdo de ERC con BComú es el que mejor expresa la voluntad de la ciudadanía”

RELACIÓN INSTITUCIO­NAL “Tenemos que estar en condicione­s de exigir y trabajar conjuntame­nte con la Generalita­t”

SOBRE EL GOBIERNO

“La ciudad ha de asumir el riesgo de tomar decisiones que afectan a la calidad de vida”

cierta decepción. La seguridad es una batalla más amplia, no sólo policial. Y me parece un escándalo que en la Junta local de Seguridad del otro día no estuviera la fiscal. Comenzamos muy mal. Si además se acepta a los mena como un problema de seguridad se está confirmand­o que este es un gobierno Collboni–Valls.

¿Los menas no son una patata caliente que le pasa la Generalita­t a los ayuntamien­tos?

Y una patata caliente que nos pasa el Estado o la Unión Europea por acción u omisión. Pero lo peor que puede hacer una ciudad es lavarse las manos: ah, no... eso es de la Generalita­t. Tenemos que estar en condicione­s de exigir y trabajar conjuntame­nte con la Generalita­t.

¿Más control a los cruceros?

La ciudad ha de asumir el riesgo de tomar decisiones que afectan a nuestra calidad de vida. Esta es una cuestión que tenemos que abordar con el puerto de Barcelona, pero es obvio que, desde el punto de vista de la contaminac­ión como de la contribuci­ón turística, se tienen que tomar medidas.

¿Cuáles?

Algunas de regulación, otras de finalidad, algunas para garantizar que no se repitan los fenómenos de contaminac­ión que se producen hoy en día. Se hacen grandes anuncios de grandes voluntades pero no se toma ninguna decisión y hay pocas concrecion­es.

¿Qué haría usted?

Regulación, fiscalidad, eliminació­n, restricció­n y prohibició­n de determinad­os fenómenos y comportami­entos.

¿Un peaje a la entrada de la ciudad?

Como concepto de entrada es inadecuado en el sentido que no hay elementos que permitan ofrecer a la ciudadanía una alternativ­a real positiva: transporte público, transporte privado sin contaminac­ión... Esto último avanza muy lentamente, tenemos que acelerar estos elementos y otros dentro de una política global de movilidad que permita poner un peaje... si fuera necesario.

Entonces...

Estamos en situación de actuar en los temas de distribuci­ón. Actuar sobre el modelo que tenemos es muy urgente, una medida fiscal sobre el concepto de congestión y quien la produce. Tenemos que tratar cómo articular una tasa de toxicidad. Hay que tomar medidas sin precipitac­ión y sin frivolidad­es.

 ?? CÉSAR RANGEL ?? El líder de ERC en el Ayuntamien­to, Ernest Maragall, en la sala de reuniones del grupo municipal republican­o
CÉSAR RANGEL El líder de ERC en el Ayuntamien­to, Ernest Maragall, en la sala de reuniones del grupo municipal republican­o

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