La Vanguardia

Caliente, caliente

- Juan Bautista Martínez

Servidor, que a veces duerme como los perros, con un ojo abierto, se coloca el auricular en la oreja a las 2.40 horas de la madrugada. Va cambiando emisoras hasta que encuentra, en Onda Cero, la retransmis­ión del derbi madrileño. Sólo sintonizar con el encuentro pitan penalti. Quien escribe estas líneas aún no conoce el marcador en ese momento. Bota la pena máxima Costa y la transforma. “Es el 0-5”, enfatiza el narrador. ¿Cómo? ¿0-5? Imposible seguir durmiendo. Se despiertan los cinco sentidos, se enciende el televisor y se sigue con mucho interés todo lo que acontece a continuaci­ón. Lo futbolísti­co y lo gestual, con Karim Benzema más enojado de lo que se le ha visto nunca, por ejemplo. Horas después toca ver en diferido la primera mitad para concretar la dimensión de lo ocurrido. Una goleada que no tiene disimulo por mucho que sea un partido disputado en julio. De hecho, en Real Madrid Televisión hablan sin reparos de “repaso”.

Es un partido que en la práctica no significa nada pero que no deja de ser sintomátic­o. Hace 39 años de un 9-1 que le endosó en un amistoso el Bayern al Real Madrid. El entrenador blanco era el inefable Vujadin Boskov, que dijo aquello de que más vale perder un partido por nueve goles que nueve encuentros por uno. Inapelable pero maldita la gracia si el que te hace un siete es el Atlético.

Habrá que ver qué consecuenc­ias tiene este resultado en el mercado del Madrid en las próximas semanas. La sensación que transmite el equipo blanco es que las vacas sagradas que hicieron triunfar a Zidane en su primera etapa en el banquillo, como Marcelo, Modric, Kroos, Sergio Ramos o Isco ya han vivido sus mejores días en el club. Se les ve decadentes, avejentado­s, sin chispa ni gracia. Siguen siendo grandes futbolista­s pero mucho tendrán que mejorar para quitarse de encima la etiqueta de “otoñales”.

El verano del Madrid está caliente, caliente, con la polémica que se generó en torno a Bale, la grave lesión de Marco Asensio y la falta de adaptación (lógica) de los fichajes estrella Hazard y Jovic, que se marchó del derbi lesionado.

A Florentino Pérez este resultado le ha debido escocer mucho aunque ya se debe haber acostumbra­do a estos sonrojos. En las últimas temporadas el Barça ha ganado con regularida­d en el Bernabeu y de tanto en tanto le saca los colores también en el Camp Nou, como con el 5-1 que supuso la sentencia de Julen Lopetegui. La primavera es lo que importa pero el rapapolvo ya es imborrable.

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