La decisión de Bale

Mientras el Madrid lame sus heridas tras el repaso recibido ante el Atlético, el galés Gareth Bale sigue mareando la perdiz sobre su futuro, rechazando un millonario contrato con un club chino que parecía cerrado aunque sin dar alternativas a su actual club, a pesar de que tanto el presidente como el entrenador han dejado claro por activa y por pasiva que no le quieren la próxima temporada.

El culebrón de Gareth Bale ha dado otro giro inesperado. Una vez que el agente del jugador, Jonathan Barnett, cerrara el viernes un acuerdo con el Jiangsu Suning de la Superliga china por tres temporadas a razón de 25 millones cada una, el galés frenó ayer el traspaso alegando que no quería jugar fuera de Europa, según varias informaciones procedentes de la prensa inglesa. La negativa de Bale abre un compás de espera, pero todo indica que seguirá de momento en el Madrid a la espera de encontrar un destino que le convenza. En lo que no hay vuelta de hoja es en su salida del Madrid. Zidane no lo quiere y Florentino Pérez le considera amortizado. El Madrid estaba resignado a recibir sólo 22 millones por quien costó 101 millones en el 2013. En el Madrid preocupa la plaga de lesiones y más después haber despedido en este verano a Antonio Pintus, al que consideraba un gurú de la preparación física. Pintus fue una petición de Zidane en su primera época pero la relación entre ambos se había enfriado a raíz de que Pintus no abandonara el club cuando lo hizo Zidane en mayo del 2018. Desde el 6 de julio el encargado de la parcela física es Gregory Dupont. No ha empezado con buen pie: el Madrid suma dos lesionados musculares: Ferland Mendy y Brahim, más la rotura del ligamento cruzado de Marco Asensio y el problema en el tobillo de Luka Jovic.