El movimiento democrático de Moscú se consolida en su reto al Kremlin
La oposición vuelve a citarse el 3 de agosto en otra marcha a favor de elecciones libres
El movimiento a favor de unas elecciones municipales libres y democráticas en Rusia se consolida a pesar de que el sábado la policía acabó deteniendo a casi 1.500 activistas concentrados frente al Ayuntamiento de Moscú. Esta marcha, unida a la del sábado anterior, en la que participaron 22.000 personas, y la que se ha convocado para el sábado próximo, 3 de agosto, son ya las más importantes que ha habido en la capital rusa desde las que se produjeron en el 2012 para protestar por el regreso de Vladímir Putin a la presidencia.
Los jóvenes, protagonistas principales de este movimiento, parecen haber perdido el miedo a la represión del Kremlin. Exigen poder concurrir a las municipales del 8 de septiembre. El Kremlin niega este derecho a los candidatos de la oposición con el argumento de que no han conseguido las firmas necesarias.
Tanto la Unión Europea como Estados Unidos han criticado “el uso excesivo de la fuerza” por parte de las fuerzas antidisturbios. Federica Mogherini, responsable de la política exterior común de la UE, pidió al gobierno ruso que respete el derecho a la libertad de expresión, asociación y reunión de los ciudadanos rusos. Lo mismo hizo Amnistía Internacional.
Las manifestaciones las ha convocado Alexei Navalny, principal líder de la oposición, actualmente en prisión. Precisamente ayer fue ingresado en un hospital aquejado de una fuerte reacción alérgica. Saltaron las alarmas sobre un posible intento de envenenamiento, que fueron desmentidas por su propio entorno. Uno de sus más próximos aliados, Leónidas Volkov, dijo que seguramente habría sido víctima de las pésimas condiciones higiénicas que hay en la prisión de Moscú. A él le sucedió lo mismo el mes pasado cuando estaba preso.