La Vanguardia

Si bebes, no te asomes al balcón

Los agentes turísticos de Baleares luchan contra los comportami­entos incívicos de algunos visitantes provocados por el alcohol

- ALBERT MOLINS RENTER

En Mallorca no tenemos balconing, fenómeno que está totalmente erradicado, lo que tenemos son precipitad­os por causa de una ingesta masiva de alcohol u otras sustancias”, aseguran desde la Federación Empresaria­l Hotelera de Mallorca (FEHM).

Habrá que aclarar que lo que desde la FEHM entienden por balconing es la práctica que se puso de moda hace ya unos años de lanzarse a la piscina del hotel saltando desde el balcón de la habitación.

Los precipitad­os son turistas que se caen –también desde el balcón– al tratar de entrar en su habitación desde la contigua porque se han olvidado la llave, o que se suben a la barandilla, o que tratan de pasar algún objeto al amigo que ocupa el alojamient­o de al lado sin usar la puerta, y casi siempre tras haber bebido demasiado.

Sea balconing o accidentes “por conductas incívicas que además se

localizan en zonas muy concretas” –dicen desde la FEHM–, la realidad es que lo de los balcones es una preocupaci­ón, tanto para los hoteleros baleares como para los touroperad­ores y agencias de viajes.

El Diario de Menorca informaba el pasado lunes que algunos hoteles se ven obligados a pasar auditorías y a firmar contratos que establecen que a determinad­os turistas no se les puede alojar en según qué habitacion­es, cosa que –informalme­nte– algunos hoteleros explican que ya hacían.

Para Ricard Santomà, decano de la facultad de Turismo y dirección hotelera Sant Ignasi, “esto es un poco ridículo. Es trasladar la responsabi­lidad a quien no la tiene. Pero en Baleares están muy acostumbra­dos a mantener porcentaje­s altos de sus habitacion­es disponible­s para los touroperad­ores, y eso no les permite escoger el tipo de cliente que, por otro lado, es un visitante que paga tan poco que tampoco tiene derecho a quejarse”, si la habitación no tiene terraza.

Desde la FEHM aseguran que hechos como los que contaba el diario menorquín son absolutame­nte anecdótico­s y que los hoteles baleares pasan “desde hace años, auditorías propias en materia de seguridad que van más allá de la altura de los balcones, y muy exhaustiva­s, ya que abarcan múltiples servicios, como la sostenibil­idad o la accesibili­dad para garantizar los estándares de calidad fijados”.

Uno de estos touroperad­ores, Thomas Cook, también niega que haga firmar contratos de este tipo, pero sí asegura que realiza “auditorías de los hoteles que vende, en las que presta especial atención a la altura de los balcones y a la seguridad de la piscina”.

“Tenemos una política clara sobre la seguridad de los balcones, basándonos en requisitos mínimos y de diseño estrictos, y no ofrecemos un hotel que esté por debajo de estos estándares”, dice Marc Jordan, director de salud, seguridad y calidad de Thomas Cook.

En este sentido, desde la FEHM aseguran que “todos los establecim­ientos hoteleros cumplen con toda la normativa vigente y el código de edificació­n”, sobre la altura de las terrazas de sus habitacion­es.

Pero la realidad es que incluso la ABTA (Asociación de Agencias de Viaje Británicas, por sus siglas en inglés) tiene una página web –por increíble que parezca– con un apartado sobre qué conductas de riesgo hay que evitar en los balcones “sobre todo si has bebido”.

Y es que tanto si se trata de balconing o de precipitad­os, ambos fenómenos tienen en común una ingesta de alcohol desmedida, porque es difícil creer que alguien sobrio piense en saltar a la piscina desde la cuarta planta de un hotel o entrar en su habitación saltando por el balcón.

Para Santomà, los problemas derivados de este tipo de prácticas son “el menor de los problemas turísticos que tienen las Baleares”. En su opinión, este turismo entregado al consumo de alcohol causa muchos problemas de seguridad pública y “deteriora todo el destino, pero el problema es que mientras haya zonas en las que sea posible comprar alcohol barato las 24 horas del día, tiene mala solución”.

Los hoteleros hacen lo que pueden. Expulsan a los clientes que peor se comportan –más de 150 el año pasado, según la FEHM–, y al mismo tiempo reclaman “el cumplimien­to de las ordenanzas en los espacios públicos y el refuerzo de efectivos de los cuerpos y fuerzas de seguridad, ya que en la mayoría de los casos se limitan a cubrir bajas o periodos vacacional­es y no a hacer frente a estos comportami­entos”.

Los responsabl­es de los alojamient­os dicen que el ‘balconing’ está erradicado y que lo que hay son “precipitad­os”

 ?? CAPTURA VÍDEO ?? Mats Hummels, jugador del Borussia Dortmund, fue muy criticado por practicar el balconing en el 2017
CAPTURA VÍDEO Mats Hummels, jugador del Borussia Dortmund, fue muy criticado por practicar el balconing en el 2017

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