La Vanguardia

Los lobos solitarios también son blancos

Los fiscales califican al autor de la matanza de El Paso de terrorista interno, le imputan un crimen de odio y buscarán la pena de muerte

- FRANCESC PEIRÓN

Los lobos solitarios también son blancos. “Estos anglos vienen aquí a matar hispanos”, escribió en su Facebook Richard Wiles, sheriff de El Paso y encargado de supervisar la seguridad de la cárcel donde se halla detenido el presunto autor de la matanza, Patrick Crusius, de 21 años, que 19 minutos antes de abrir fuego y matar a 19 ciudadanos en la principal área comercial de la ciudad fronteriza con México, a cruzar de un puente, colgó un manifiesto en el que se refirió a “la invasión hispana”

“Estoy indignado y vosotros también deberíais estarlo. Toda la nación debería indignarse. En estos días y en esa época, con la cantidad de asuntos importante­s que encaramos, todavía tenemos que confrontar a gente que mata a otros por la única razón del color de su piel”, añadió el sheriff.

Crusius estuvo al volante casi diez horas para llegar desde su residencia en Allen, un suburbio de Dallas, a su cruel destino. En ese documento de cuatro páginas que tituló La verdad inconvenie­nte, anunciaba un ataque inminente bajo una consigna: “Si podemos eliminar un número suficiente de gente, entonces nuestro estilo de vida será sostenible”, se lee en su texto. Sostiene que su inspiració­n procede directamen­te de la matanza en dos mezquitas de Nueva Zelanda, en las que falleciero­n 51 personas. Una de sus teorías es separar por estados a las diferentes razas puesto que se opone la mezcla entre personas de diferentes etnias.

En esa diabólica reflexión asegura que va a cometer el ataque con ánimo suicidad. ”No quiero salir vivo”, remarca. “Si me detienen me condenarán a la pena de muerte, y no quiero que mi familiar pase por todo eso”.

Sin embargo, al igual que su demencial redactado, a Crusius le falló el temple. Se entregó. Según diversas fuentes, está colaborand­o con los investigad­ores.

Estaba en lo cierto. Su ataque recibió este domingo la considerac­ión del FBI de terrorismo doméstico. Las autoridade­s federales señalaron que están consideran­do muy en serio imputarle cargos por un crimen de odio, aseguró John F. Bash, fiscal del distrito oeste de Texas. Estos cargos pueden llevar a la pena capital. Los acusadores públicos locales ya indicaron que van a instruir el sumario con el firme objetivo de

pedir la pena de muerte. “Lo estamos tratando como un caso de terrorismo doméstico y vamos a ir a lo que estamos haciendo en estos supuestos en este país, que es ofrecer justicia rápida y segura”, recalcó Bash.

El director del FBI, Christophe­r Wray, indicó en una comparecen­cia en el Congreso que en estos últimos tres años, coincidien­do con la Administra­ción Trump, ha habido un incremento espectacul­ar en cuanto a los delitos de odio, en especial. Wray subrayó que se han hecho alrededor de 10 arrestos por terrorismo doméstico en lo que va de año, más o menos el mismo número que en todo el 2018.

El área comercial que atacó Crusius es un centro al que acuden muchos mexicanos, dada la proximidad fronteriza. Entre los muertos figuran al menos tres de estos visitantes de ocio.

Otro problema es que entre los

Los conocidos lo describen como alguien poco social, que rechazaba hablar y de carácter irritable

heridos hay indocument­ados. “Vamos a atender a todos, es nuestra misión”, aseguró David Shimp, director ejecutivo de Del Sol Medical Center.

Según los medios locales de Dallas, Crusius cursó durante un corto periodo de tiempo el bachillera­to en la Liberty High School y se graduó en la escuela Plano. En el 2017 ingresó en la Universida­d McKinney, señaló la institució­n.

En declaracio­nes al Los Angeles Times, Leigh Ann Locascio, antigua vecina, aseguró que Crusius era un joven extremadam­ente solitario, que siempre iba solo en el bus escolar. Lo describió no sólo de solitario, sino de “poco amable” con los compañeros.

Si hablaba, su tema preferido era despelleja­r a los que practicaba­n deportes o se incorporab­an a la banda de música. Su hijo, Tony Locascio, caminaba con él y su hermana para ir y venir del colegio. Crusius siempre iba por delante o detrás. “No quería hablar con la gente y nadie le conocía bien”, indicó Tony.

Otro compañero de escuela, Jacob Wilson, dijo que “tenia una mentalidad muy fuerte”. Los colega lo rechazaban por “irritable”.

Trump lo calla, pero no sólo los islamistas son lobos solitarios.

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COURTESY OF KTSM 9 / AFP La imagen de Patrick Crusius tomada por las cámaras de seguridad del centro comercial

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