Un cambio que no ha sido tanto
Pese a que el PSOE ganó en la mayoría de las comunidades donde se celebraron elecciones el 26-J el PP, en apariencia el gran derrotado de las pasadas elecciones autonómicas no ha salido tan mal parado. Ha conseguido mantener los gobiernos
de Castilla y León y Murcia y ha logrado evitar el cambio en Madrid, donde también se ha hecho con el Ayuntamiento. Contra lo que cabía imaginar, la división de la derecha –el PP comparte ahora el espacio político con Ciudadanos y Vox–
le ha favorecido para evitar que la derrota de las urnas se tradujera en una grave pérdida de peso institucional. A ello cabe sumar la victoria de Andalucía, el laboratorio de una estrategia que ha resultado ser mucho más sólida que la de la izquierda,
también escindida, por ejemplo, en Madrid. Los socialistas conservan Castilla-La Mancha, Aragón, Extremadura y Navarra y queda por ver qué ocurrirá en La Rioja, donde el gobierno está pendiente de un acuerdo con Unidas Podemos.