Un recibimiento hostil
El debut del brasileño con el Zenit queda empañado por una polémica pancarta
La llegada a San Petersburgo de Malcolm no ha sido del agrado de una parte de la afición del Zenit, que ha respondido al fichaje del brasileño con una pancarta recordando su rechazo a los jugadores negros, lo que ha llevado al exblaugrana a plantearse dejar el club en la ventana de enero.
Aveces un beso fugaz puede contener más mensaje que la letra de una canción romántica entera. Ocurrió la semana pasada en Moscú, cuando dos integrantes del grupo de metal industrial Rammstein, Richard Kruspe y Paul Landers, sorprendieron a sus miles de fans en el Estadio Olímpico Luzhnikí. Fue una muestra de afecto inesperada mientras tocaban uno de los temas de su último disco. Siempre desafiante, Rammstein utilizó ese beso para protestar contra las políticas que atentan contra los derechos sociales de la comunidad LGTBI en Rusia, un país en el ojo del huracán durante estos últimos días por la detención de centenares de manifestantes en una protesta opositora no autorizada.
Reivindicaciones políticas y so“tradición”,
ciales y racismo en el deporte. Al presidente Vladímir Putin se le acumula el trabajo.
El estreno del exfutbolista del Barça Malcom con la camiseta del Zenit de San Petersburgo quedó empañado por una polémica pancarta de los ultras de su nuevo club. “Gracias directivos por respetar las tradiciones”, rezaba el cartel en uno de los fondos del estadio en el partido contra el Krasnodar correspondiente a la cuarta jornada de la Premier League rusa. La ironía de la frase, aparentemente inofensiva, era en realidad una crítica feroz a la incorporación del brasileño. No parecen los 40 millones desembolsados el motivo principal de sus quejas, sino el origen del nuevo fichaje. Conocidos como Landskrona, este grupo de radicales del Zenit destaca por su alto grado de xenofobia. Lo demostraron en el pasado con fichajes rimbombantes como Hulk o Axel Witsel. Ahora es Malcom el que no entra dentro de la que consiste en jugar con futbolistas europeos o asiáticos en su mayoría. “Para nosotros la ausencia de jugadores negros es sólo una tradición, no somos racistas”, decían en un manifiesto previo a la incorporación del jugador. “Como club más al norte de las ciudades europeas, nunca hemos estado mentalmente conectados con África, y por supuesto, con Sudamérica u Oceanía”.
Como es obvio, el mal recibimiento por parte de un sector de su nueva afición parece no haber gustado a Malcom. Según el medio ruso RIA Novosti, una fuente familiarizada con la situación, dijo que el extremo podría abandonar el club en enero cuando se abra la ventana invernal. Por su parte, el Zenit se ha encargado de quitar hierro al asunto por tratarse de una pancarta desplegada por “un pequeño grupo de individuos”. Considera que fue claramente “malinterpretada” por varios medios, sacando conclusiones que no tienen “nada que ver con la realidad”. “El Zenit tiene una larga tradición de invitar a los mejores jugadores de todo el mundo, independientemente de sus orígenes, etnia y nacionalidad”, comunicó el club.
Antes de conocer el caso, Malcom declaró después del partido sentirse feliz, si bien reconocía que el idioma será una barrera importante. Para leer según qué cosas, a veces es mejor el desconocimiento. Tampoco se sabe si Malcom es un fan acérrimo de Rammstein ni si le pierde la canción elegida por la banda en el momento del beso (Ausländer, extranjero en alemán).
SALIR EN ENERO, UNA OPCIÓN La grada más radical del conjunto ruso es conocida por su alto grado de xenofobia