El lector expone
Pesadilla de película
En El día de la marmota, un hombre del tiempo se despierta cada mañana con la percepción de que todo lo que le pasa ya lo ha vivido. Desde hace meses yo también me siento como Bill Murray. Mi película empieza cada día sobre las seis de la mañana en la plaza del Nord del barrio de Gràcia. A esta hora decenas y decenas de palomas empiezan a inundar la plaza y a posarse en las ventanas, en una escena que podría formar parte del filme Los pájaros, de Alfred Hitchcock.
Se preguntarán cuál es el reclamo para esa invasión de palomas. La respuesta está en el actor principal de esa película, una persona mayor que a estas horas tempranas aparece con grandes bolsas de pan troceado y agua procedente de la fuente de agua estancada que hay en la plaza, un ejemplo de dejadez. En la plaza hay un pequeño parque infantil de tierra donde juegan los niños, entre ellos mi hijo de cinco años. Como profesional de la medicina, les puedo asegurar que la combinación de tierra, agua estancada, plumas y excrementos de palomas es un cóctel susceptible de transmitir enfermedades.
Hice llegar la queja al Ayuntamiento de Barcelona, que atendió la petición amablemente pero la desvió a la Guardia Urbana mientras trabajan en buscar una solución.Tengo la suerte de conciliar el sueño enseguida y, a diferencia de Bill Murray, no necesito despertador. Mañana me despertaré temprano, abriré la ventana y empezará de nuevo la pesadilla, una pesadilla de película.
DAVID COROLEU I LLETGET
Barcelona