Una plaga de cucarachas invade, un verano más, un barrio de Calafell
“Abrí el balcón y entraron siete cucarachas volando”, explica una de las vecinas de la calle Foranell de Calafell. En el barrio de Mas Mel de esta localidad no hay verano sin un insecticida a mano y trampas para cazar a estos insectos distribuidos por toda la casa y los garajes. Las cucarachas se cuelan por debajo de las puertas, entran volando por las ventanas y hay quien asegura que salen de los desagües de la cocina y los baños.
No es el primer verano que los vecinos denuncian la invasión de este animal. La pesadilla comenzó en el 2016. Desde entonces, con el calor, empiezan a salir. “Es un problema generalizado en varios municipios de la costa y tiene diferentes causas, el incivismo también influye mucho”, mantiene Aron Marcos, concejal de Medi Ambient de Calafell, un municipio que cuenta con 150 kilómetros de alcantarillado.
El concejal asegura que el Ayuntamiento está diseñando un plan para abordar el problema desde varios ámbitos: “Hay que hacer limpiezas con desinfecciones periódicas y por otra parte programar actuaciones de desinfección intensas para atacar a los insectos antes de la época de reproducción”, explica Marcos, quien añade en este plan varias acciones para acabar con el incivismo.
“Estos animales se alimentan de cualquier cosa y hay gente que tira la basura cuando no toca o que deja muebles tirados en la calle y todo contribuye a crear un hábitat favorable a la cucaracha”, insiste el concejal. Sin embargo, los vecinos se quejan de la falta de respuesta del Ayuntamiento. La asociación de vecinos de Mas Mel ha planteado el problema formalmente ante el Consistorio en varias ocasiones y medio centenar de vecinos a título personal han presentado otras tantas instancias denunciando la presencia masiva de estos insectos en la calle y en sus casas.
“La proliferación de cucarachas es un tema que hay que combatir cuando toca, antes del verano, y así el problema se reduce y es mucho más controlable, pero este año, al parecer, no lo han hecho”, asegura el presidente de la asociación de vecinos de Mas Mel, Joaquín Largo. “Cada casa se apaña como puede, algunos tiran lejía, otros están con el insecticida todo el día...”, añade.
Más allá del alcantarillado, las cucarachas pronto encuentran sitios donde reproducirse. “Hace unos meses cerró un bar con la comida dentro y eso creó un foco importante que ha agravado el problema en Mas Mel”, lamenta el concejal.