Tardà carga contra la ANC por hacer de “contrapoder”
Borràs considera que ERC “quizá quiere parecerse a CIU”
L’assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural comparecieron juntas hace unos días para intentar calmar las aguas con Esquerra, que acusa a la primera asociación de tocar una “música antipartidos y especialmente antiERC”, como verbalizó el exconseller Josep Huguet. La calma ha durado poco. Sigue habiendo mar de fondo y ayer el exdiputado en el Congreso Joan Tardà aseguró que la ANC se equivoca porque se ha convertido “en un contrapoder”.
Para mostrar la disconformidad con los partidos independentistas, la ANC decidió no reservar una zona preferente para los políticos en la manifestación del Onze de Setembre. Esta decisión sólo fue la gota que colmó el vaso. El malestar de ERC con la entidad que preside Elisenda Paluzie viene de lejos. Primero, desde las filas republicanas recriminan a la ANC que ha optado por incrementar la intensidad independentista en vez de actuar intensificando el radio de acción y abrazar otros sectores. Un hecho que choca frontalmente con la estrategia de “ampliar la base” que defiende ERC.
En segundo lugar, el partido cree que la Assemblea en algunas ocasiones se ha movilizado siguiendo postulados de Carles Puigdemont. Un ejemplo claro para los republicanos es toda la presión que han tenido para conformar listas unitarias en toda contienda electoral que se ha celebrado. De hecho, fuentes de ERC consideran que la ANC “ha usado de manera sesgada el término unidad, sin diferenciar unidad de acción y unidad electoral”. “Han intentado hacer creer que es lo mismo”, apuntan.
Los republicanos también se remiten a hechos más concretos. Según su opinión, recibieron de lo lindo cuando apostaron por la abs
El republicano cree que ahora la Assemblea “pervierte” la voluntad del independentismo de ser “flexible y abierto”
tención en la investidura de Pedro Sánchez, mientras que cuando los presos del mundo posconvergente Josep Rull, Jordi Turull y Jordi Sànchez también defendieron por carta posteriormente la abstención, o cuando una vez celebrada la sesión de investidura la consellera de Presidència, Meritxell Budó, apremió al PSOE y Unidas Podemos a entenderse, “no hubo reacción furibunda”, apuntan desde ERC.
En definitiva, ayer Tardà lamentó que la ANC, en lugar de “facilitar la acumulación de fuerzas, está pervirtiendo la voluntad diáfana del independentismo de ser flexible y abierto”, dijo en una entrevista en RAC1. Más tarde, aclaró que la asociación “se equivoca supeditando el rol dinamizador de voluntades a la actuación como grupo político”.
Pero a ERC le llueven críticas por todos lados. También desde Jxcat. En declaraciones a Efe, la diputada en el Congreso Laura Borràs insinuó que ERC quiere ser la nueva CIU: “Es curioso que siempre tenga tan presente lo que hacía CIU. Quizá porque quiere parecerse mucho”. Es la abstención de los republicanos a la investidura de Pedro Sánchez la que ha motivado estas declaraciones de Laura Borràs, que recordó que el líder del PSOE afirmó que el voto de Esquerra era “a cambio de nada”.
“Si alguien puede demostrarme que durante todo este tiempo de menosprecio y oleada represiva desde la moción de censura tener un comportamiento, según se dice, ‘moderado’ ha sido mejor, que lo intente demostrar con hechos, porque es bastante difícil viendo los acontecimientos que han pasado”, añadió la exconsellera de Cultura.
La semana pasada fue el adjunto a la presidencia de ERC y vicepresidente del Govern, Pere Aragonès, quien negó que su partido “esté devolviendo al viejo autonomismo de CIU”.
Ayer fue Gabriel Rufián quien defendió a Tardà y criticó la comparación con la antigua federación entre CDC y UDC, y con un tuit intentó matar dos pájaros de un tiro: “Los que hoy llaman traidor a Tardà son los que se burlaban de él por independentista mientras aplaudían a quien primero pactó con Felipe [González] y después con Aznar. Cuando votabais a CIU en las autonómicas y el PP en las generales, Tardà ya se partía la cara con todos ellos. Ni media lección”.