De cuarto de limpieza a almacén de drogas en la calle Lancaster
La persona encargada de la limpieza de las escaleras de los números 7, 9 y 11 de la calle Lancaster no cesa últimamente de encontrarse pequeñas bolsas de estupefacientes entre sus cubos, fregonas y escobas. Al parecer el cuarto de la limpieza de estas tres fincas del Raval, de estos tres edificios adquiridos por el Ayuntamiento de Barcelona el pasado mandato a fin de poner freno a la gentrificación en el barrio, se convirtió en un pequeño almacén de drogas. El último hallazgo es el de una bolsa de una veintena de pastillas de éxtasis, de concretamente nubecitas amarillas. Cada uno de estos comprimidos se vende en las calles por 10 euros. El presidente de estas comunidades explica que este verano, más o menos una vez por semana, la encargada de la limpieza se encuentra alguna que otra sorpresa: un poco de marihuana, unas cuantas pastillas, varios gramos de cocaína... Y es que buena parte de estos tres edificios están ocupados por vendedores ambulantes de latas de cerveza que acostumbran a merodear por la Rambla. Los vecinos de la zona explican que empleando el cuarto de limpieza como almacén no se ven obligados a llevar los estupefacientes encima todo el rato. /
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