Una mirada en blanco y negro
La antigua escuela de arte la Llotja, inmortalizada en un libro a través de las fotografías de la pintora Isabel Àlvarez
Barcelona esconde lugares con grandes historias; historias de amor, de llantos, de terror. Pero, en este caso, Isabel Àlvarez, con su libro Darrera mirada, nos descubre un lugar con cierto olor a óleo sobre lienzo, lleno de pinceles, caballetes y esculturas, y donde grandes artistas, como Pablo Picasso, se inspiraron durante años. Ese lugar, hoy cerrado desde el año 2009, es la Escola Superior de Disseny i Art Llotja. “Estuve 20 años trabajando en la Llotja, y para mí ha sido todo un honor”, explica la autora mientras ojea las fotografías. Àlvarez aún recuerda el día que le comunicaron que la Llotja, abierta desde 1945 como escuela de bellas artes, cerraba para irse a Sant Andreu: “Fue un día muy triste para todos”.
La pintora, una semana antes del cierre total de la escuela, se escapaba todas las mañanas al edificio para fotografiarlo con su cámara analógica: “Yo no tengo ni idea de fotografía, mi especialidad es la pintura, pero quería tener un recuerdo de este edificio”. Recopiló unas 500 imágenes y más de 200 frottages de detalles arquitectónicos, que durante un tiempo estuvieron guardados en un cajón de su casa. “Mi idea no era publicarlas, tan sólo quería tener un recuerdo personal”, afirma. Sin em
bargo, un día, cuando la directora de la escuela le pidió que se encargara de la felicitación de Navidad, volvió a sacar todas las fotografías y se dio cuenta del gran material que tenía escondido: “Entonces entendí que tenía el deber de mostrarlo, debía ser compartido”.
“Cuando empecé con el fotolibro, tenía claro que quería que fuera desde la mirada de una persona que camina por el edificio”, y así es como Àlvarez empezó a elegir las mejores instantáneas, que hoy se encuentran en el libro de tapa roja: “Decidí que fuera roja, y mira que yo no soy de rojos, para reflejar el gran reto que ha implicado para mí este libro, en todos los sentidos”.
Tan sólo hay 100 ejemplares, que en un futuro formarán parte de la historia de Barcelona. Los libros se pueden comprar en la librería Laie y en Casa Anita, aunque, gracias a Biblioteques de Barcelona, que se ha quedado varios ejemplares, todo el mundo puede acceder a ellos. “Esto para mí significa mucho porque mi libro ya es accesible a todos, y eso es lo que quería”, señala.
“Cuando abres el libro, observas que todo tiene un equilibrio, que todo respira y fluye, esto ha sido posible porque soy pintora”, añade. No hay que olvidar que Isabel ha dedicado su vida a la pintura, y esto se ve reflejado en su libro: “Para mí cada una de las fotografías son cuadros, y todo me lo he planteado como si fuera un dibujo”. Además, añade que todo lo traduce al blanco y negro y que conoce como nadie el claroscuro, bagaje que le ha dado la pintura y que ha hecho posible un libro excepcional.
Para la autora, este volumen no es sólo un inventario gráfico, sino “un viaje sentimental” por un lugar donde ha vivido muchos y grandes momentos. Por eso, Darrera mirada, título que da nombre a esta bella recopilación, es un título clave, ya que “fue la última mirada al edificio, como yo lo conozco, antes de que se clausurara por completo”, cuenta mientras cierra el libro.
“Cuando abres el libro, observas que todo tiene un equilibrio y fluye, y eso ha sido posible porque soy pintora”