David Rubin, elegido nuevo presidente de la Academia de Hollywood
El veterano director de casting David Rubin fue elegido la noche del pasado martes nuevo presidente de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood. Rubin sucede así a John Bailey, que llevaba dos años al frente de la institución que organiza los premios Oscar y cuyo mandato estuvo plagado de numerosas polémicas, desde la decisión de crear una estatuilla dorada para la “película más popular”, pasando por la fallida propuesta de otorgar algunos galardones durante las pausas publicitarias para aligerar la ceremonia, hasta recibir tres acusaciones de acoso sexual que fueron desestimadas finalmente.
Rubin es el primer director de casting que preside la Academia y su dilatada trayectoria profesional incluye más de un centenar de películas, entre ellas las aclamadas Amadeus, Tomates verdes fritos, El paciente inglés, El talento de Mr. Ripley o Gravity. Asimismo, cuenta con dos premios Emmy por su trabajo en el drama político Cambio de estrategia (2012) y la serie Big little lies, ambas de HBO, y está nominado este año por Heridas abiertas, de la misma plataforma de streaming.
El nuevo mandamás de la institución, que ha liderado la rama de directores de casting de la Academia durante los últimos seis años, tiene ante sí una serie de retos nada fáciles de asumir. El primero, volver a levantar la audiencia televisiva de la gala de los Oscar, que este año se celebró sin presentador por primera vez en tres décadas. Pese a que remontó sutilmente los datos de la edición del 2018 –la peor de la historia– con cerca de 30 millones de espectadores, aún está muy lejos de los 43,7 millones que logró reunir Ellen DeGeneres como anfitriona en el 2014.
Reducir la duración de la ceremonia por debajo de las tres horas es uno de los objetivos clave, así como apostar (o no) por un presentador oficial y escoger al próximo productor de la edición número 92, que tendrá lugar el 9 de febrero del 2020.
Rubin también será el encargado de inaugurar en Los Ángeles el Museo de la Academia de Hollywood, que está llamado a convertirse en un lugar de peregrinación para los amantes del séptimo arte. Se trata de un ambicioso proyecto que ha visto retrasada su apertura en diversas ocasiones y cuyo estreno ha saltado a una fecha sin determinar del año que viene. Para añadir otro quebradero de cabeza, su director Kerry Brougher abandonó el pasado lunes el proyecto sin que se conozcan todavía los motivos. Una importante baja que se suma a la de su ayudante Deborah Horowitz en abril.