Nadal suma y sigue
Nadal recurre a la mentalidad para alcanzar las semifinales
Nadal se clasificó anoche para las semifinales del Open de EE.UU. tras una trabajada victoria ante Diego Schwartzman, lo que convierte al número dos del ranking en el único de los grandes que se mantiene vivo en el torneo.
De los tres grandes, Djokovic, Nadal y Federer, sólo queda uno en Nueva York: Rafa Nadal, un tenista que inspira las metáforas más coloridas. “Nadal es un marciano”, decía Vincenzo Santopadre, el entrenador de Matteo Berrettini, su próximo rival, hablando de la extraordinaria habilidad del balear, de otro mundo. “Rafa es un león en medio de la jungla”, afirmaba su última víctima, describiendo su espíritu luchador.
Entre halagos el mallorquín avanzaba a su octava semifinal del Open tras derrotar, en palabras del propio Rafa, a “un buen amigo”, Diego Schwartzman, en tres mangas y tres horas de juego. Nadal era honesto al reconocer que el marcador no reflejaba el esfuerzo de su triunfo. “Ha sido un gran reto a pesar de los tres sets”.
Fue un encuentro de poco lustre, de trabajo desgastador, de sufrimiento, tanto para los jugadores como para los espectadores, que en el primer set abarrotaban el estadio de tenis más grande del mundo, pero que ya fuera por la pegajosa humedad, o por la hora (la tercera manga empezaba hacia la medianoche local), se fueron marchando después del segundo parcial. “Ha sido un partido muy duro, muy exigente, pero he ganado en tres sets y he hecho dos breaks en cada set. Con dos breaks por set y sacando bien, como lo he hecho, no debería de haber sufrido tanto”, argumentaba el manacorense.
Rafa Nadal comenzó dominando y poniéndose 4-0 en el primer parcial. “Ahí he jugado a mi mejor nivel del torneo”, dijo. Pero después vio cómo el argentino le recuperaba dos servicios para igualar a cuatro, antes de que el balear rompiera en el décimo para llevarse el set. La segunda manga fue una extraña fotocopia de la primera: Nadal, con dos breaks arriba y sacando para el set con 5-1, no logró llevárselo hasta el 7-5.
Acabar perdiendo los primeros parciales después de haber recuperado dos pérdidas de servicio en cada uno fue demoledor anímicamente para Schwartzman. “No aproveché las oportunidades. Gané muchos puntos buenos, pero los importantes no los pude convertir”, se resignaba el bonaerense. En el tercer set, el Peque fue una sombra de lo que mostró ante Zverev, a pesar de que a Nadal tuvieron que atenderle por una deshidratación que le dio problemas de agarrotamiento en el brazo y calambres en el codo derecho y las piernas.
Con 5-2 en el marcador y 3040, Rafa cerraba el partido con una derecha ganadora. “Hay días en que uno se tiene que poner el mono de trabajo y aceptar las situaciones. Tenía que estar con una mentalidad positiva ocurriera lo que ocurriera y que creo que en eso no he fallado. Puedo haber fallado en algún momento técnicamente pero a nivel mental no he tenido ningún error”, declaraba con convicción.
Nadal se enfrentará en semifinales a Matteo Berrettini, que derrotó a Gaël Monfils por muerte súbita en la quinta manga de sus cuartos. “Soy consciente de que él ha jugado muy bien durante todo el torneo –valoraba Nadal–. Ha ganado partidos muy importantes y lo ha hecho de manera brillante. Ha superado a Monfils, que venía jugando bien y estaba lleno de confianza. Y aparte es un jugador que ha estado muy bien durante todo el año. Es joven y va hacia arriba y no hace falta que diga que es un jugador peligroso. Tiene un gran servicio y una derecha muy potente. Además se mueve muy bien. Sé que necesito sacar una versión muy buena de mi tenis y confío y espero estar capacitado para sacarla”.
Aunque Berrettini, 25 en la clasificación, no ha jugado nunca ante Nadal, lo conoce bien: “¿Quién en el circuito no conoce a Rafa? He visto cientos de sus partidos. No sé qué decir aparte de que va a ser duro”. Schwartzman está de acuerdo: “Rafa es el favorito y Matteo tiene que estar preparado para otro gran reto”.
La otra semifinal la disputan el ruso Daniil Medvedev y el búlgaro Grigor Dimitrov.