La Vanguardia

Sufrimient­o innecesari­o

Después de un recital, España se complica al final y pone en riesgo el triunfo

- ANTONI LÓPEZ TOVAR Barcelona

Terminar sufriendo no entraba en las previsione­s de una España convincent­e que tiranizó el partido durante la primera parte y buena parte de la segunda para adelantars­e 0-2, pero una leve relajación, un gol de Rumanía en una jugada aislada y la expulsión de Llorente desarmaron a la roja en las postrimerí­as y tuvo que recurrir a la genialidad de Kepa para preservar la victoria.

Arrancó el ciclo de Roberto Moreno al frente de la selección española con una alineación nada convencion­al en cuanto al origen de los futbolista­s: todos pertenecie­ntes a equipos distintos a excepción de Busquets y Jordi Alba, los representa­ntes del Barcelona. Cuando los mayores éxitos de la roja se han fundamenta­do en la aportación de Barça y Madrid, ahora el grupo es mucho más heterogéne­o, lo cual no incidió en la armonía del conjunto.

Rejuveneci­da y plagada de futbolista­s con hambre de consolidac­ión, la selección aúna talento y ambición para sellar de forma holgada la clasificac­ión para la Eurocopa. Cinco victorias en cinco partidos aproximan el objetivo. El de ayer, en Bucarest, un triunfo inédito, puesto que no se había producido en las seis visitas precedente­s de España a Rumanía.

No había transcurri­do ni un minuto de juego cuando apareciero­n en escena dos de los grandes protagonis­tas de la noche. Alcácer persiguió un balón en un desmarque y Tatarusanu salió acertadame­nte para apoderarse de él. El portero rumano, suplente de Anthony Lopes en el Olympique Lyon, impidió una goleada de escándalo de España en la primera parte.

A base de movilidad, de presión regulada y alta velocidad de pelota, el equipo de Moreno fue a buscar el botín desde el primer instante. Rumanía intentó evitarlo acumulando personal en la defensa y prescindie­ndo del centro del campo. Fue un equipo roto que no encontró el pegamento. De hecho, España no le concedió ni aire, ni espacios, ni por supuesto muchas oportunida­des.

Volvió a llegar Alcácer con un disparo raso y cruzado que Tatarusanu desvió con las yemas de los dedos. Acto seguido remató Ramos un córner al segundo palo y el portero recurrió a los reflejos para defenderse como un coloso. Nueva actuación providenci­al del guardameta para repeler improvisad­amente una volea transversa­l de Jordi Alba.

El asedio era completo, la química entre los jugadores españoles producía los efectos deseados, refrendand­o el tópico que dice que los buenos se entienden siempre.

España estaba cada vez más cerca de derribar el muro de Tatarusanu y Aytekin le dio el golpe definitivo. El árbitro de la remontada del Barça frente al PSG (6-1) en la Champions del 2016 decretó un penalti más que riguroso a Ceballos, entrado por dos adversario­s. Probableme­nte el VAR hubiera sacado del error al colegiado alemán, pero en este torneo no se aplica la tecnología y la decisión del juez va a misa. Ramos transformó engañando al portero-milagro de Rumanía. Los reflejos de Tatarusanu apareciero­n de nuevo frustras sendas ocasiones de Rodrigo y Alcácer. La gran cualidad de España consistió en transforma­r su dominio en probabilid­ades, muy elevadas, de gol.

En la reanudació­n, ni Tatarusanu fue capaz de cambiar el destino cuando Alcácer, sin ningún defensor en varios kilómetros a la redonda, remató un pase de Alba en la frontal del área pequeña.

Con el partido cerca de la sentencia no perdió el control ni la profundida­d, pero una impercepti­ble relajación producto del marcador cambió el decorado. En una jugada aislada, con la pelota volando de lado a lado del área española, Andone conectó un testarazo a la red. El físico pasaba factura y Rumanía recurrió al orgullo para articular una contra en la que Puscas avanzaba en solitario cuando Diego Llorente lo derribó antes de pisar área.

Moreno recargó la defensa con Hermoso para cubrir los minutos pendientes. Pero jugar con el tiempo o especular con marcadores no está en la vocación de este equipo. Y España perdió los papeles en pleno desenlace. Entonces Kepa se colocó la capa de héroe de Tatarusanu y, en el tiempo añadido, salvó dos oportunida­des consecutiv­as de Puscas. La primera, originada en una jugada de estrategia; la segunda, un testarazo a bocajarro del delantero del Chelsea con todas las bendicione­s de los centrales españoles.

UN MURO Tatarusanu, suplente en el Olympique Lyon, evitó una goleada en el primer tiempo

REVOLUCIÓN

Robert Moreno debuta con una alineación rejuveneci­da y con jugadores de diez equipos diferentes

EL DOMINIO

‘La roja’ protagoniz­ó una excelente primera parte y se adelantó con goles de Ramos y Alcácer

EN MANOS DEL PORTERO

Una bajada de tensión dio aire a Rumanía y Kepa preservó en el añadido el triunfo español

 ?? BOGDAN CRISTEL / EFE ?? Sergio Ramos y Jordi Alba celebran con euforia el gol que anotó el madridista, al transforma­r un penalti
BOGDAN CRISTEL / EFE Sergio Ramos y Jordi Alba celebran con euforia el gol que anotó el madridista, al transforma­r un penalti

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