La buena salud de la edición en catalán
QUE el libro en lengua catalana goza de buena salud lo demuestra la celebración de la Setmana del Llibre en Català, cuya 37.ª edición abrió ayer las puertas en la avenida de la Catedral. La riqueza y diversidad de esta industria se puede medir: en 1.750 metros cuadrados se concentran, durante diez días, 219 expositores, entre ellos los de 60 librerías que ofrecen decenas de miles de libros, también de fondos de editoriales que siguen atrayendo a los lectores pero que, por lógicas razones de espacio, han desaparecido de las estanterías de las tiendas. Durante la Setmana del Llibre se presentarán más de 260 novedades editoriales que dan cuenta del vigor y la potencia del libro en catalán, en una edición, la de este año, que es un 7,5% mayor que la anterior, que ya fue la más grande de la historia. Esta es la realidad.
Desde hace unas ediciones, la Setmana ha encontrado la fórmula que le ha permitido consolidarse y crecer cada año. Se trata de ofrecer al lector la posibilidad de conocer personalmente a autores, editores y libreros, con los que intercambiar opiniones. Tanto en los puestos de las editoriales y librerías como en las 270 actividades consistentes en lecturas, encuentros, firmas, presentaciones y espectáculos organizados para estos diez días. Este es el secreto del éxito que, además,
se compagina con los actos que se dedican al público infantil y juvenil para la promoción de la lectura. Una oferta familiar que año tras año gana adeptos.
Junto a esta amplísima oferta, hay otra vertiente que es fundamental: la promoción del libro en catalán hacia el exterior. Mediante el Making Catalan Literature Travel for International Publishers and Agents, y por mediación del Institut Ramon Llull, se han organizado más de 400 reuniones con agentes extranjeros para la venta de derechos de libros de autores catalanes. Este será el tercer año que se organiza, con un eco más que notable.
En definitiva, la industria de la edición en catalán goza de muy buena salud, afortunadamente. Por medirlo en datos, en Catalunya la cifra de venta de libros en cualquiera de las lenguas en el 2018 superó los 490 millones de euros. Un 48,4% de estas ventas fueron de libros de ediciones en catalán.
En cambio, el nivel de producción en catalán es una cuarta parte del total editado. Barcelona es, sin duda, la capital mundial del libro español. Y quiere seguir siéndolo. Pero todo lo que se haga por visibilizar y promocionar la escritura en catalán irá en beneficio de todos. Ese es, precisamente, el objetivo de la Setmana del Llibre en Català.