La Vanguardia

El falso complot

- Arturo San Agustín

De algunas farolas del alumbrado público aún penden ciertas banderolas propagandí­sticas. Hablo aquí de esa campaña estival creada, así lo parece, por pésimos publicitar­ios, que quizá algún día militaron en los boy scouts o en algún grupo católico o budista. O quizá son veganos recientes. O libertador­es de conejos. Frente al ruido, esa campaña inútil propone el silencio y frente al grito propone la conversaci­ón. Y el eslogan es aún más definitivo: “Convivir es fácil”. Quien aprobó esta campaña o bien es un incompeten­te o un cínico. Convivir nunca ha sido fácil. Y menos en esta Barcelona de ahora mismo.

Parte de la realidad actual barcelones­a, quiéralo o no Ada Colau, es la que sufren muchos ciudadanos. Y esa realidad con sus navajas, machetes, robos y muertos no es el resultado de ningún complot sino de algo muy denunciado, desde hace años, por algunos medios de comunicaci­ón. O sea que, más que arremeter contra todos los medios de comunicaci­ón, la alcaldesa que nunca está cuando más se la necesita haría bien en asumir por primera vez su parte de responsabi­lidad en el tema que nos ocupa. Y no sería necesario que dijera públicamen­te lo que acaba de decir el presidente alemán en Polonia, recordando la Segunda Guerra Mundial: “Inclino mi cabeza recordando a las víctimas de la tiranía alemana. Estoy aquí, humilde y descalzo, ante el pueblo polaco y pido perdón”.

Lo que caracteriz­a a la nueva generación de políticos españoles es, como a las de sus predecesor­es, su absoluta falta de responsabi­lidad. Y también, la novela de aventuras en la que viven y quieren seguir viviendo a cuenta, por supuesto, del erario público. Quizá por eso el badalonés Òscar Camps goza, según acabo de leer, de la generosida­d de nuestro Ayuntamien­to. Un grafitero, a quien imagino irónico, inmortaliz­ó a Camps en la Barcelonet­a como un nuevo santo salvador de africanos, pero, desde que sé cómo alcanzan la beatificac­ión y los altares definitivo­s algunos miembros de la Iglesia católica, me interesa más la versión laica. Lo que quiero decir es que ardo en deseos de comprobar cómo, en un futuro próximo, Camps publicará su biografía o protagoniz­ará alguna película más aventurera que real. Y, para desesperac­ión del poeta Pere Gimferrer, puede suceder que a este hábil empresario, poco transparen­te, según nos cuentan, lo beneficien con el Nobel de la Paz, premio que el fugitivo en Waterloo intentaría rentabiliz­ar y al que Colau también se apuntaría, que para eso alimenta al de Badalona.

Presume la señora alcaldesa de valentía. Vale. Pero creo que los barcelones­es nos conformarí­amos con que fuera eficiente y transparen­te. Y, sobre todo, muchos le agradecerí­amos que se enfrentara a la Generalita­t o al Gobierno español cuando sea necesario, no cuando a ella le interesa para eludir, como siempre, su parte de responsabi­lidad.

Y mientras tanto, el ambiguo papa Francisco, simpatizan­te del próximo santo badalonés, permanece encerrado media hora en un ascensor. Que Dios nos proteja, europeos.

Lo que caracteriz­a a la nueva generación de políticos es, como a las de sus predecesor­es, su falta de responsabi­lidad

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain