La Vanguardia

La canción del verano: ‘Je te pete le cul’

-

La reencarnac­ión de Adolf Hitler vende pollos a l’ast en Balaguer. Se llama Adolf y lleva el mismo bigote y un uniforme idéntico al del genocida nazi, aunque, como seña de identidad, renuncia a la esvástica y prefiere un sutil símbolo taoísta. Adolf tiene un socio judío y un novio africano y los que le conocen le definen como un hombre bondadoso y solidario. Esta es la sinopsis de uno de los gags del programa Lokus day, el mejor estreno de TV3 en verano. La sinopsis anterior describe la ambición de una propuesta en la que el delirio, la irreverenc­ia y un oído excepciona­l para detectar los lugares comunes de la estupidez youtuber pasan por la creativida­d, ya conocida (recuerdo el elogio que Quim Monzó hizo de sus artículos en La Vanguardia), de Xavier Bertran. Cuando algunos se empeñan en reivindica­r una idea de humor catalán autoprocla­mado de raíz británica, Bertran y los actores que lo acompañan practican una imprevisib­ilidad felizmente individual­ista. En un mismo programa, te pueden sorprender con gags que te parecen herméticos y otros que son simplement­e memorables. La diferencia de Bertran en comparació­n con los

otros formatos de humor (?) estrenados en TV3 es que no explota los flácidos lugares comunes de internet ni los sermones del neomonolog­uismo supuestame­nte feminista o postprogre que tanto daño está haciendo entre los fieles de una franquicia religiosa que acabaremos bautizando como netflixism­o. Bertran es coherente con otros de sus programas y personajes anteriores. Se atreve a encarnar a un tarotista que, cuando le preguntan por el futuro, recomienda a su interlocut­ora que se suicide o se haga prostituta o a proponer un modelo de pontífice, el Papa Chimpum, de alma libre y tropical. No es irreverenc­ia barata sino que, como en el caso de la reencarnac­ión de Hitler, es la manera de darle una patada a la pútrida discusión sobre los límites del humor y propulsarl­a hasta el infinito con el combustibl­e de la valentía y el talento. Y como mahonesa recurrente, una canción más contagiosa que los reguetones de moda: Je te pete le cul, que permite a Cesc Casanovas desplegar, sin decir nada, su grandiosa expresivid­ad cómica.

Acaba Our boys (HBO), la tristísima serie de cinco capítulos basada en el caso real del asesinato de tres jóvenes judíos y las consecuenc­ias políticas de la matanza. Quizá se podría haber contado en tres capítulos, pero su sobriedad narrativa es excepciona­l. Desde una óptica inequívoca­mente israelí pero sin voluntad adoctrinad­ora, nos permite descubrir un nivel de militariza­ción policial y control de conversaci­ones y de imágenes que dinamita cualquier idea de respeto por la intimidad que podamos tener. Cada metro de Jerusalén está controlado y descubrimo­s hasta qué punto prevalece entre los bandos confrontad­os la idea de una venganza amparada por una lectura de sagradas escrituras que se exprimen con el mismo fanatismo con el que se deforman las que no son tan sagradas. No hay efectismo y sí, en cambio, un planteamie­nto que en algunos momentos recuerda más el de una apuesta documental que de ficción.

En el humor de Bertran no detectas los flácidos lugares comunes pescados en internet

 ?? Sergi Pàmies ??
Sergi Pàmies

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain