Nuestro hombre en la Copa Davis
JESÚS ICHASO CASAS (1926-2019) Periodista deportivo de “La Vanguardia”
Ahí le tienen, camino de la aventura y con cara de ir a pasárselo bien. Jesús Ichaso, redactor jefe de Deportes de La Vanguardia, genio amable y figura fortachona en la redacción de Pelayo 28, saluda a los lectores del 21 de diciembre de 1965 a punto de embarcar en El Prat con destino a Sydney, toda una aventura al alcance de muy pocos. España jugaba la Challenge Round en Sydney, la primera de las dos finales de Copa Davis disputadas –y perdidas– sobre las pistas rápidas de Australia.
Ichaso fue el hombre que plasmó en sus crónicas la singular vinculación de La Vanguardia con el boom del tenis en un país en vías de desarrollo. Siempre afable, tuvo el privilegio de levantar acta periodística de aquel milagro deportivo: el desarrollo y consolidación del torneo Conde de Godó en Barcelona y la irrupción de España como potencia de primera fila en el tenis, dominado por los países desarrollados, entre lo que ciertamente no figuraba el nuestro. La pasión tuvo un puñado reducido de notarios –como los Ducamp, Loren, Guillermo Sánchez o Juan José Castillo– y nuestro Jesús
Ichaso, al que La Vanguardia envió a medio mundo para dar cuenta de las hazañas –no crean que es una exageración– de los Santana, Orantes, Gisbert, Couder, Arilla, Gimeno...
Jesús Ichaso era navarro y ejercía como tal, lo cual sustenta el cariñoso recuerdo de sus compañeros y de quienes siendo unos pipiolos siempre recibimos un trato alentador y cariñoso de un redactor jefe de Deportes que trabajó codo a codo con los Santiago García, Domingo García, Juan Antonio Casanova, Enric Bañeres y Albert Turró, a lo largo de más de cincuenta años de carrera profesional hasta su jubilación en la que pasó el relevo de la información tenística a Dagoberto Escorcia. Su padre, Julio Ichaso, había sido secretario de la redacción y cronista taurino de La Vanguardia. Las dinastías periodísticas no eran infrecuentes en el oficio de aquellos tiempos (observen, por favor, el crédito de la foto).
El recuerdo de Jesús Ichaso está ligado a una redacción dividida en “peceras”, donde cada sección iba a lo suyo pero donde comilonas improvisadas o ocasionales escapadas a jugar al futbolín en la calle Tallers animaban el día a día o, para ser exactos, la noche a noche porque se trataba de una redacción más vespertina y nocturna que matinal. Y más en la sección de Deportes, donde tan frecuente eran las carreras contra reloj en noches de partidos europeos, juegos olímpicos o mundiales de fútbol en horarios adversos, un zafarrancho en el que Jesús Ichaso se desenvolvía muy bien por experiencia y flema.
Además del tenis, Ichaso escribió
Notario del “milagro” del tenis español para este diario y genio y figura de la redacción de la calle Pelayo
centenares de crónicas futbolísticas, con especial atención al RCD Espanyol, con el que simpatizaba. Quizás por alguno de aquellos zafarranchos, nadie avisó a Jesús Ichaso de la cena de despedida que le brindaron sus compañeros. Al ver que no llegaba, alguien le telefoneó. Vivía fuera de Barcelona. En nada, estaba con ellos (le gustaban los coches). Descanse en paz.