¿Es necesario reeditar los clásicos?
La respuesta es obvia: sí. Los clásicos, palabra que implica muchas cosas, han de estar siempre ahí, a mano, reeditados de forma continuada. ¿Acaso no lo están los clásicos de la literatura? Los clásicos son obras básicas para entendernos a nosotros mismos, lo que fuimos, por qué somos como somos. Y los clásicos de los tebeos forman, además, una parte importante de esa educación sentimental de la que hablaba Manuel Vázquez Montalbán.
¿Reeditamos de forma regular nuestros clásicos de la historieta? Ahí están las diversas ediciones que evidencian que sí. Curiosamente, algunas de estas reediciones forman parte de colecciones de quiosco en formato de libro (como esta), lo que, felizmente, nos devuelve a estos tebeos a su punto original de venta, enlazando con su tradición popular, lo que les aporta más difusión.
Las reediciones de nuestras historietas han de estar siempre vivas. Recordemos que el nuestro ha sido y sigue siendo un país importante en cuanto a la producción y edición de cómics, lo que ha generado muchas viñetas clásicas. Esta colección de La Vanguardia nos ayuda a comprender por qué es básica esta recuperación; la selección de títulos y personajes responde perfectamente a la necesidad de recuperar nuestro gran patrimonio historietístico.
En el caso de Bruguera, además, recordemos que Penguin Random House acaba de recuperar este sello con diversas reediciones. Estos Magos del Humor son, de hecho, una confirmación de que esas historietas que nos acompañaron durante tantos años se han convertido en clásicas por dos motivos: porque fueron publicadas años ha y siguen siendo perfectamente actuales, y porque incidieron en esa educación sentimental de la que hablaba en varias generaciones.
Es nuestra obligación, como lectores, expertos y editores, que los clásicos de la historieta estén siempre en las estanterías. Son nuestro patrimonio cultural y sociológico.
página más libre y dinámico de lo habitual. Jan mantendrá ese mimo en sus historietas en solitario, algunas de las cuales destacan por su capacidad de recrear escenarios reales con extraordinario detalle. Además, Jan añadió a sus aventuras algo inédito hasta entonces en los cómics de Bruguera: un marcado compromiso social en cuestiones como la ecología o la lucha contra el tabaco, mucho antes de que estas posiciones fueran mayoritarias. En álbumes recientes, Jan ha abordado temas como el terrorismo islámico o la comida basura, demostrando que se puede hacer humor y a la vez mostrar compromiso y sensibilidad con el mundo actual.