Hongkongueando

Qué está pasando en Hong Kong? El 2 de mayo de 1998 publiqué un artículo que por encima de su título decía En Hong Kong, el panorama es desolador y puede ir a peor. Hace 21 años, tras quince años yendo con mucha frecuencia a Hong Kong ya se veía venir el declive de la zona. Hong Kong había sido utilizado como la base para entrar en China. Aunque las empresas veían venir un mercado enorme en China, los directivos encargados de conseguirlo preferían vivir en Hong Kong, una ciudad internacional, con buen aeropuerto bien conectado, con calidad de vida, y desde Hong Kong ir introduciendo su empresa en China, principalmente en Shanghai, Pekín o Shenzhen. A medida que China se fue abriendo y avanzando hacia unas regulaciones más claras, muchas de aquellas compañías pioneras fueron desarrollando sus oficinas en China y disminuyendo, y hasta en algún caso cerrando, sus oficinas en Hong Kong.

Pero, a partir sobre todo del año 2000, las empresas chinas empiezan a salir al mundo y algunas deciden abrir primero en Hong Kong, y desde allí hacer el trabajo internacional. Así que quizás alguna empresa europea o americana cerraba la oficina de Hong Kong porque se había ido a China y alguna empresa china abría oficina en Hong Kong para salir a Europa o Estados Unidos. Desde Hong Kong había mucha más flexibilidad financiera, por ejemplo. Además, allí podían hablar en chino.

Lo que ocurre es que hoy en día ese paso intermedio no se acaba de ver porque ya hay muchas empresas chinas que han ido abriendo por el mundo y lo manejan desde su central en China, habiendo montado en muchos casos su central en Europa y/o en Estados Unidos. Las hay que también tienen una oficina central en África y se han establecido en países como Costa de Marfil, Kenia, Ghana o Sudáfrica, que compiten con buenas ofertas para atraer las oficinas centrales para África de empresas chinas (Canarias también está trabajando el tema).

Yo me pregunto si los jóvenes de Hong Kong pensarán que su futuro no será el que vivieron sus padres que quizás miraban a China con un cierto aire de superioridad. Probablemente verán que sus homólogos los jóvenes chinos cada vez están más preparados y que muchos de los jóvenes que terminan sus estudios en Hong Kong acaban yéndose a trabajar a China. Es probable que la idea que fluya entre ellos sea la de que, si Hong Kong fuese un país independiente, quizás podrían desarrollarse allí sus empresas de servicios capaces de competir con éxito con las empresas chinas en toda la zona del sudeste asiático, donde nadie tendría la duda de si en un próximo futuro las regulaciones y los controles se establecerán en Pekín.

Nadie puede tener certeza de cómo será el futuro, pero lo que está claro es que Xi Jinping es una gran líder a nivel mundial, que quiere liberalizar la economía, acercar las regulaciones a los formatos europeos o americanos y, sobre todo, que quiere paz. Probablemente, a medio plazo, Hong Kong puede tener mucho mejor futuro dentro de China que como un país independiente. Y dentro de China, las diferentes regiones tienen bastante autonomía. Los jóvenes de Hong Kong están muy cerca de Shenzhen, que China considera su Silicon Valley. Allí hay empresas como BYD que es quizás la empresa líder mundial en el coche eléctrico; Mindray, empresa de productos para diagnóstico médico que fue la primera empresa china en salir en la bolsa en New York y muchas otras.

Esperemos que alguien les vaya explicando a los jóvenes de Hong Kong que puede haber un futuro bueno para Hong Kong pero para un Hong Kong muy próximo a China. Hace 21 años yo ya explicaba convencido las dificultades futuras para Hong Kong.

Me pregunto si los jóvenes de Hong Kong pensarán que su futuro no será el que vivieron sus padres