La cumbre interreligiosa alerta sobre la indiferencia frente a las guerras
San Egidio reclama una vertiente global espiritual por la paz sin fronteras
“Nos hemos acostumbrado a la ausencia de paz y nos basta con que la guerra esté en otro país... pero en el mundo globalizado, como ha demostrado el terrorismo, no hay garantías para nadie”. Lo advierte Andrea Riccardi, fundador de la Comunidad de San Egidio y uno de los principales impulsores de la cumbre interreligiosa de oración por la paz que desde ayer recala en Madrid en su 33.ª edición.
El historiador recurrió ayer al problema climático para lanzar el potente mensaje de que los problemas del planeta no se podrán resolver levantando más muros o endureciendo las fronteras.
“Si queremos salvar de la destrucción a nuestro país tenemos que salvar la Tierra (...) porque en este mundo globalizado hay problemas irresolubles sin acciones que vayan más allá de las fronteras”, prosiguió Riccardi, quien considera que la globalización ha derribado algunas fronteras, pero también ha levantado otras nuevas, generando nuevas guerras que no han impedido el avance de la indiferencia frente a los conflictos armados.
Y es que, en su opinión, “el mundo ha perdido el entusiasmo por la paz”. Un entusiasmo que las cumbres interreligiosas que promueve la Comunidad de San Egidio tratan de mantener vivo en el convencimiento de que “el mundo necesita un diálogo articulado por la paz”.
El papa Francisco también participó ayer mediante una carta en la inauguración de estas 33.ª jornadas de oración entre religiones recordando que “si se busca el bien de los pueblos es insensato cerrar espacios, separar a los pueblos y más aún enfrentar a unos con otros; así el mundo se rompe”. Y recordó que “los muros caen cuando son asediados con la oración y no con las armas, con los anhelos de paz y no de conquista”.
El encuentro interreligioso reúne en Madrid a más de 300 importantes líderes religiosos de las distintas confesiones unidos en la oración por la paz sin fronteras. El cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, tras dar la bienvenida a los participantes, les invitó a pensar en la paz en términos muy amplios aludiendo al “deber de caridad universal, con un mundo más humano para todos”. “El otro no puede ser considerado como un instrumento para obtener un producto a bajo coste”, subrayó Osoro en alusión a la explotación económica entre países ricos y pobres.
“Los grandes flujos migratorios han impedido que tengamos un debate serio sobre la integración... sobre cómo debemos tratar a los refugiados”, señaló Filippo Grandi, Alto Comisionado de la ONU para los refugiados. A su juicio, deberíamos comenzar por respetar las leyes que ya tenemos que han sido reiteradamente puestas en cuestión por intereses de particulares. “Miramos a las organizaciones confesionales y otras no gubernamentales y les decimos que entre todos tenemos que conformar fuerzas de paz”, afirmó Grandi.
El Papa recuerda que los muros caen cuando son asediados con la oración y no con las armas