Crece la inmigración y baja la demanda de asilo en los países ricos
La llegada de inmigrantes a los países desarrollados siguió creciendo en el 2018, mientras que continuó cayendo el número de personas que cruzaron las fronteras como solicitantes de asilo. Esa tendencia general se rompió de forma muy clara en los casos de España y Francia, que sí registraron un notable aumento de la afluencia de refugiados.
Los datos del último informe de la OCDE sobre las perspectivas de las migraciones internacionales, hecho público ayer en París, muestran que hubo en el 2018 5,3 millones de nuevos inmigrantes permanentes –por razones de trabajo y familiares–, lo que representó un incremento del 2% respecto al año precedente. Los demandantes de asilo fueron 1,07 millones, una cifra que supuso una bajada del 34% respecto al pico histórico que se dio en los años 2015 y 2016. La mayoría de estos aspirantes a refugiados proceden en este momento de Afganistán, Siria, Iraq y Venezuela.
Estas estadísticas incluyen, sin embargo, matices importantes. El retroceso global en los solicitantes de asilo se debe, sobre todo, a la caída drástica en tres países tradicionalmente receptores: Estados Unidos, Italia y Alemania. En los dos primeros hubo gobiernos con políticas muy agresivas para frenar los flujos. La Administración de Donald Trump, con su tolerancia cero ante la inmigración irregular, logró disuadir a decenas de miles de salvadoreños, guatemaltecos, venezolanos y hondureños, los más proclives a dirigirse a Estados Unidos.
En Europa, el descenso de demandantes de asilo en Italia y Alemania se vio compensado por el espectacular aumento en España (que recibió 22.300 refugiados más, lo que supuso una subida del 73%) y en Francia, con un aumento de 19.000 personas en esta situación. España se vio afectada por el cerrojo provocado en Italia por la dura política del exministro del Interior, Matteo Salvini. Eso bloqueó la llegada desde el norte de África al Mediterráneo central, pero la corriente de refugiados se desvió en parte a España. En Francia fueron otras las razones. En los últimos años ha habido un aumento muy considerable de demandantes de asilo procedentes de Albania y de Georgia, aunque los afganos siguen siendo los más numerosos. Francia, además, por razones históricas y culturales, es de los países más expuestos a la llamada “inmigración secundaria”, de personas que ya solicitaron previamente asilo en otros estados de la UE.
La OCDE distingue entre inmigrantes por trabajo y motivos familiares, y los “inmigrantes humanitarios”, aunque con frecuencia las categorías se solapan. Según el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, el aumento de la inmigración económica muestra “el dinamismo de los mercados de trabajo”, pues casi el 70% de estas personas tienen empleo.
Francia y España rompen la tendencia general y registran un fuerte aumento de refugiados