Nacer por cesárea perjudica la microbiota de los bebés
Los efectos sobre la salud a largo plazo se desconocen
Los bebés que nacen por cesárea tienen una microbiota intestinal alterada en comparación con los que nacen por parto vaginal, según el mayor estudio realizado en el mundo sobre el desarrollo de la microbiota al principio de la vida.
Los resultados, presentados ayer en la revista Nature, indican que los bebés nacidos por vía vaginal adquieren de sus madres la mayoría de las bacterias de su microbiota intestinal. Por el contrario, los que nacen por cesárea tienen más bacterias de origen hospitalario, algunas de ellas potencialmente peligrosas, incluidas bacterias resistentes a los antibióticos.
Estudios anteriores han demostrado que la microbiota intestinal (es decir, el conjunto de microorganismos que viven en los intestinos) influye en el desarrollo del sistema inmunitario. En personas adultas, las alteraciones de la microbiota están asociadas a numerosas enfermedades, incluidas la obesidad, el parkinson y la depresión.
Sin embargo, se ignoran las consecuencias que las alteraciones de la microbiota derivadas de una cesárea tendrán en la salud futura de los recién nacidos. El gran objetivo del proyecto baby bioma, del que forma parte el estudio presentado ayer, es precisamente comprender la relación entre la microbiota infantil y la salud posterior.
Con los datos disponibles actualmente, es conveniente que se sigan practicando cesáreas en los casos en que están indicadas, destacan los autores del estudio, liderado por el Instituto Wellcome Sanger del Reino Unido.
“Las primeras semanas de vida son decisivas en el desarrollo del sistema inmunitario del bebé, pero sabemos muy poco sobre este periodo”, declara en un comunicado Peter Brockelhurst, coautor del estudio, de la Universidad de Birmingham. “Necesitamos hacer un seguimiento de estos niños a medida que se hacen mayores para ver si las diferencias tempranas en el microbioma conducen a algún problema de salud”.
El estudio se ha basado en analizar más de 1.600 muestras fecales de 579 bebés nacidos en hospitales del Reino Unido. Se recogieron varias muestras de cada bebé en momentos distintos, lo que permitió analizar la evolución de su microbiota en las primeras semanas de vida. Además, se analizaron muestras donadas por 175 de las madres.
Un análisis de genoma completo de estas muestras permitió identificar las especies de microorganismos presentes en la microbiota de cada lactante y de cada madre.
Los resultados muestran que los bebés nacidos por cesárea tienen niveles altos de patógenos oportunistas comunes en entornos hospitalarios como bacterias de los géneros Enterococcus, Enterobacter y Klebsiella. Además, tienen un déficit de géneros transmitidos por las madres como Bifidobacteria y Bacteroides.
Estas alteraciones se han observado también, aunque en menor grado, en bebés que no recibieron lactancia materna, lo que confirma que la lactancia regula el establecimiento de la microbiota en recién nacidos.
Los recién nacidos que no reciben lactancia materna también tienen alteraciones del ecosistema intestinal