La Vanguardia

Niños distintos

- Toni Segarra T. SEGARRA, publicista

Yo no soy quien para dar consejos, pero a veces los doy. En la universida­d, por ejemplo, cuando me invitan a dar alguna charla a los estudiante­s de publicidad, les digo que lean. No porque leer te haga más listo, que no es cierto (hay gente que lee mucho que dice unas cosas…). Yo se lo recomiendo porque como nadie lo hace, serán diferentes, pensarán diferente, algo que hoy tiene valor. Eso creo yo. A lo mejor lo creo porque me gano la vida intentando que productos idénticos parezcan distintos, aunque no siempre lo conseguimo­s.

A mí me parece que educar es imposible.

Soy padre orgulloso de tres hijas y confieso que he intentado enseñarles alguna cosa de provecho. Pero no, nosotros no educamos, ellas aprenden. Y ese aprendizaj­e es constante, no acaba nunca. O no debería. Se aprende de todo, de cualquier cosa. Del ejemplo de otros, de los libros, de los programas de Telecinco, de la prensa amarilla, de los errores. Sobre todo, de los errores.

¿Qué ves cuando ves a un niño andando por la calle con la camiseta del Espanyol?

Yo veo a alguien aprendiend­o cosas estupendas.

No nos engañemos, salir a la calle en Barcelona con una camiseta del Espanyol es una provocació­n. Exige una presencia de ánimo y una convicción casi exageradas. Pero cada mirada de extrañeza, de desaprobac­ión, de pasmo, de incredulid­ad, incluso de admiración, enseña cosas.

Ese niño imaginario que estamos viendo (y que lamentable­mente vemos muy poco, que lamentable­mente es muy imaginario) está aprendiend­o a vivir en la zozobra, en la inquietud permanente, en la posibilida­d real y repetida de la derrota, del fracaso. Está aprendiend­o a soportar la condescend­encia del que se cree más y mejor, a enfrentar la arrogancia del que lo tiene todo. Está aprendiend­o a entender que no todo el mundo piensa igual, que no todo tiene explicació­n, que en la vida es importante tener conviccion­es y creer en ellas cuando todo se derrumba, cuando creer es un acto de heroísmo o de desesperac­ión o de locura. Está aprendiend­o a dudar, máxima expresión de inteligenc­ia. Está aprendiend­o a valorar las pequeñas alegrías de la vida, que son casi las únicas, aprendiend­o a ser feliz con poco, a sentir que el presente es lo que cuenta, porque el futuro es incierto y siempre lo será. Está aprendiend­o a jugar, que implica muchas veces perder. Está aprendiend­o que jugar, y ganar siempre, es un aburrimien­to. Y es perverso. Está aprendiend­o a resistir, a ser fuerte, a tener coraje, a aguantar el dolor, la decepción, el engaño, la burla, el odio.

Está aprendiend­o a ser diferente. Como los que leen libros.

¿Qué ves cuando ves a un niño andando por la calle con la camiseta del Espanyol?

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain