Escapada a Londres
Parece que este año el veranillo de San Miguel no se digna a salir de su guarida. España está ensombrecida por un temporal inhumano que lleva semanas flagelando a gran parte del territorio. No quería empezar estas líneas sin mandar mi apoyo y mi fuerza a todos los afectados por la monstruosidad de la gota fría. Desde aquí, pido a las autoridades pertinentes la asistencia necesaria y la solidaridad que tanto nos caracteriza para que el sol vuelva a brillar en las vidas de aquellos que lo han perdido todo.
Precisamente parece que la luz que llevaba anhelando nuestra península Ibérica se la había apropiado el Reino Unido. El pasado fin de semana mi inigualable familia de Maserati fue la responsable de secuestrarme (voluntaria y felizmente) para vivir dos días de ensueño en la bella capital londinense. Con su impecable organización por bandera, me esperaban dos citas de lo más envidiables. La primera de ellas me llevó hasta la majestuosidad del British Museum. Allí la diosa de Ébano, Naomi Campbell, fue la perfecta anfitriona para amadrinar su gala solidaria anual, cuyo fin es ayudar a todos aquellos pequeños que no cuentan con los medios necesarios para acceder a una educación digna.
Fashion for Relief fue un proyecto nacido en el 2005, y desde entonces el mundo de la moda vuelca sus fuerzas en una causa tan admirable. Marcas tan potentes como Givenchy, Dior o Marc Jacobs, ceden sus prendas para deleitar a un público entregado con una eclosión de moda, creatividad y ante todo solidaridad. Moda, cine y música fusionados ante una realidad que azota a la inocencia de la infancia y que gracias al buen hacer de personalidades como Naomi se consiguen sumar varios granitos de arena.
El desfile fue mágico. Naomi, como una verdadera divinidad, volvió a deslumbrar con su caminar impetuoso y sensual. Tras su sobrecogedora aparición, continuamos con una cena de gala y la posterior subasta en la que se alcanzaron precios escandalosos por algunas piezas de Picasso o fotografías de la misma Naomi. Una velada que pude compartir con el gran galán Pierce Brosnan con el que bromeamos con nuestro anuncio de Freixenet de hace años o el mismísimo Billy Porter, protagonista de Pose, mi serie favorita.
Al día siguiente, acudí a un acto de impacto en Chichester:
Compartí velada con el gran galán Pierce Brosnan con el que bromeamos con nuestro anuncio de Freixenet de hace años
Goodwood Revival. Allí se da cita a la carrera de coches de época más importante del mundo. Un lugar apto sólo para afortunados en el que pudimos disfrutar de este enclave tan british y cargado de estilismos a la altura. Ataviados como si nos encontráramos en plenos años cincuenta, lucí un vestido amarillo pastel en uve, un precioso tocado de Mimoki en burdeos y una estola que le puso el toque vintage .El paddock de los F-1 de los cincuenta fue el que más me impactó. Luciendo sus mejores galas, el icónico Maserati 250F de 1957 hizo las delicias de los allí presentes.