Estado de emergencia climática
EL pasado viernes comenzó una semana de protestas y manifestaciones en 156 países que tendrá su colofón el día 27 con una huelga climática mundial, respaldada por miles de asociaciones de la sociedad civil para denunciar los catastróficos e irreversibles efectos de la crisis climática en todo el planeta y advertir que no son cosa del futuro sino del presente.
La Organización de las Naciones Unidas es consciente de esta gravísima situación y ha convocado para mañana en una cumbre en Nueva York a los líderes del mundo para exigirles que presenten planes más concretos de recortes de emisiones y que posibiliten el cumplimiento de los acuerdos de París del 2015 que preveían frenar el aumento de temperatura en dos grados con respecto a los niveles preindustriales, pero que no han impedido que la Tierra haya alcanzado niveles récord de emisiones y de temperatura. La cumbre climática a celebrar en diciembre en Santiago de Chile deberá profundizar en los acuerdos que se alcancen en la cita neoyorquina.
Resulta muy significativo que sean los jóvenes y los estudiantes quienes hayan asumido el protagonismo de estas protestas globales contra la inacción de la clase política en el poder, aunque algunos países sí que están tomando medidas concretas, como Alemania. que acaba de aprobar un plan valorado en 54.000 millones de euros para afrontar en los próximos años la reducción de gases de efecto invernadero. Los jóvenes, decíamos, tienen muy claro que está en juego su futuro y piden menos discursos y más acción. Más de 250.000 salieron a las calles el viernes en Nueva York para gritarlo alto y claro. Fridays for Future, la organización que canaliza las protestas estudiantiles en todo el mundo, planea celebrar más de 5.000 actos en casi 160 países hasta el próximo viernes, día en que en España también está convocada una llamada huelga general climática.
En la cumbre de mañana, la ONU quiere que las ideas se plasmen en planes detallados y compromisos tangibles de los estados. Su secretario general, António Guterres, dará voz a los activistas e innovadores que lideran medidas contra la emergencia climática para que sean escuchados por los mandatarios asistentes, entre los cuales no estará Donald Trump, que niega la crisis climática y retiró a EE.UU. de los acuerdos de París. La ONU pretende conseguir cero emisiones de gases de efecto invernadero en el 2050 para evitar las consecuencias del calentamiento global.
Nos quedan once años para disminuir un 45% las emisiones globales de dióxido de carbono. Si no se logra antes del 2030, los expertos afirman que la emergencia climática pasará a ser ya catástrofe climática. Se puede lograr pero hay que acelerar los planes y hacerlos efectivos de manera urgente. Ojalá la cumbre de Nueva York contribuya a ello.