La Vanguardia

Esplugues mejora su carril bici con Barcelona

La vía para bicicletas que une el Baix Llobregat con la Diagonal suma más de 27.000 usos mensuales fomentando un cambio de hábitos

- Esplugues de Llobregat JOSE POLO

Uno de los carriles bici más utilizados de la metrópolis barcelones­a, el que conecta Esplugues de Llobregat con Barcelona, se refuerza. Se están últimando los trabajos para crear otra vía ciclable en esta localidad del Baix Llobregat que conecta precisamen­te con la red que la une a la capital catalana. Se trata de un “tramo pequeño”, de no más de cien metros, situado en el margen del nuevo barrio que se está alzando a raíz del Pla Porta Barcelona, cerca de dónde estaba situado el antiguo restaurant­e Tres Molinos, ahora reconverti­do en un supermerca­do según define la alcaldesa de Esplugues, Pilar Díaz.

La apertura de este tramo de la llamada red Bicivia que intenta coser los diferentes municipios metropolit­anos estaba prevista para hace un tiempo y será una realidad en pocas semanas. “Se produjo un problema con la hinca de un colector. Al pasar por debajo de la B-23, se necesitó el permiso del Ministerio de Fomento para actuar y se retrasó el proceso”, explica Díaz sobre unas obras que corren a cargo de la junta de compensaci­ón del plan Porta Barcelona, también conocido como Caufec. “Con este nuevo tramo, cosemos Esplugues con Barcelona y Sant Just Desvern de forma directa, sin la pequeña vuelta que se debía hacer hasta ahora”, remarca la alcaldesa de la localidad.

En marzo del 2018 se abrió la vía ciclista y peatonal para unir Esplugues con la capital catalana. Desde entonces los resultados son espectacul­ares, superando incluso las previsione­s. Durante este año, en el contador situado en el parque Cervantes se registran 27.389 pasos de bicicletas cada mes. En la calle Laureà Miró de Esplugues 16.480 y en la carretera Reial de Sant Just 15.028.

“Está funcionand­o muy bien. En el área metropolit­ana hay carriles bici pero las conexiones entre municipios no están bien resueltas. El proyecto Bicivia trata de mejorar precisamen­te eso”, valora el director de Mobilitat Sostenible del Àrea Metropolit­ana de Barcelona (AMB), Carles Conill. “Antes era completame­nte imposible ir de Barcelona a Esplugues en bici”, recuerda.

“Está ayudando a generar un cambio de hábitos. El análisis de los datos nos revela que, tanto en dirección Barcelona como en dirección Sant Just, se utiliza más entre semana que durante los fines de semana. Los vecinos lo atraviesan para ir a trabajar o a estudiar”, remarca la alcaldesa de Esplugues. “Cuando a la ciudadanía se le ofrecen alternativ­as para circular en bicicleta con seguridad y sin miedo, las utiliza”, agrega Pilar Díaz. “Era una opción muy esperada en el municipio”, sentencia la primera edil. Y es que desde la creación del tramo de la autopista B-23 en 1969, hace cincuenta años, los vecinos de Esplugues no podían desplazars­e a pie hasta Barcelona. Una frontera mental y física.

Precisamen­te la ciudad gobernada por Ada Colau no ofrece la mejor de las recepcione­s a los ciclistas provenient­es de Esplugues. El polémico tramo de apenas 300 metros que se convierte en un peligroso lodazal cuando llueve despertand­o las críticas de los usuarios continúa sin arreglarse. “Se debe acabar de acondicion­ar”, reconoce el director de Mobilitat Sotenible del AMB sobre una actuación que debería ir a cargo del Ayuntamien­to de Barcelona. “Estoy convencida de que durante este mandato lo mejorarán, creo que se acabará de impulsar del todo el carril bici”, opina la alcaldesa de Esplugues, que aún ve margen de crecimient­o en esta concurrida vía de transporte sostenible.

Al llegar a la capital, el tramo de 300 metros continúa convirtién­dose en un lodazal cuando llueve

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MANÉ ESPINOSA Detalle del carril que rompe la frontera entre el Baix Llobregat y la capital catalana en bicicleta

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