“Siempre me hice preguntas existenciales”, dice Carlota Casiraghi
Segovia despertó ayer alborotada. Se había anunciado la visita de la realeza de Mónaco, en la persona de Carlota Casiraghi, coautora del libro de filosofía Archipiélago de pasiones, escrito a cuatro manos con su maestro, Robert Maggiori, y el público respondió. Llenazo absoluto en el Aula Magna de la Universidad IE, preciosa capilla desacralizada, preciosamente iluminada. A exactamente 468 metros de allí, en la Iglesia de San Miguel, fue proclamada reina de Castilla Isabel la Católica el 13 de diciembre de 1474. Eran tiempos de bonanza, con una importante industria de la lana, y de ahí el esplendor de algunos de sus edificios.
La primera aparición de Casiraghi ayer, con la más pura normalidad, fue un par de horas antes de su charla en el Torreón de Lozoya, imponente edificio medieval, donde el Hay Festival ofreció una comida a sus invitados.
A la entrada de la universidad, a la monegasca la esperaba una decena de fotógrafos. En la charla, Casiraghi expuso que su pasión por la filosofía viene de lejos: “Siempre me hice preguntas existenciales, aunque mi encuentro con Robert fue determinante. Me animó a hacerme esas preguntas y me siento en la necesidad de seguir preguntándome”. En este sentido, quien fue maestro de Casiraghi restó de algún modo trascendencia a la disciplina: “¿Cómo puedo decir que soy ajeno a la libertad, al dolor, el amor, la pasión? Todos estamos impregnados de ella. Qué padre no se pregunta ‘será feliz mi hijo’, ‘sentiré celos’…?”
“La filosofía –abundó ella– nos permite crear una relación diferente con la idea del tiempo. Es un ejercicio sobre la paciencia, la alteridad, la finitud, la muerte… Es difícil decirlo con pocas palabras”.
El título del libro que han escrito juntos se titula de ese modo porque “todas las pasiones se tocan, el mar entre islotes los separa pero los comunica al mismo tiempo. Estamos un poco en contra del territorio, la raíz, preferimos el intercambio, el contacto”.
¿Es un libro de maestro a discípula? “Es un libro creado en igualdad de inteligencias, ese es el axioma”, dijo Maggiori. “¿Por qué siempre se quieren encasillar las cosas y saberlo todo? El proceso es nuestro, hay cosas escritas por separado, pero el proceso es nuestro, es nuestro diálogo”, defendió ella.
Maggiori habló de Facebook, porque la amistad es uno de los conceptos que analizan. “Es una genialidad del creador de Facebook, lo de crear amigos. Un amigo es algo muy valioso. No tenemos 500 amigos, tenemos dos o tres y uno de ellos es el mejor”. Pero Mark Zuckerberg ha logrado que con el simple gesto del like crees un vínculo. “Yo reflexiono mucho sobre redes sociales, cuando Facebook dice que va a acuñar una moneda nos debemos preguntar cómo hemos llegado hasta aquí, cómo puede ser de esta manera”.