Los cambios de hábitos agravan el problema de los locales vacíos
La transformación del comercio por las compras en línea, junto con la concentración de la distribución en grandes operadores, ha reforzado la desertización de las calles secundarias en Barcelona, y de gran parte de los centros urbanos en las localidades más pequeñas. Según un estudio elaborado por Retailcat, una asociación que reúne a asociaciones de comerciantes, con Amat Immobiliaris, en Catalunya hay 30.281 locales en alquiler o en venta, mientras en la propia Barcelona, según un censo elaborado por el Ayuntamiento, hay entre 10.000 y 15.000 locales comerciales sin actividad... o con un uso no declarado, que podría ir desde aparcamiento o trastero hasta incluso como vivienda sin cédula de habitabilidad.
Retailcat, que agrupa al Cecot, Comertia, Barcelona Oberta, Fundació Barcelona Comerç y la Fundació Comerç Ciutadà, estima que en los ejes comerciales más importantes cerca del 10% de los locales están vacíos, pero que en las calles alejadas del centro los locales desocupados son cerca de un tercio de la superficie. La desocupación ha aumentado un 7,1% en los últimos tres años, y el aumento de la compra online hace prever que seguirá creciendo.
Los comerciantes y las inmobiliarias han propuesto a la Generalitat y al Ayuntamiento de Barcelona que cambie la normativa para permitir que estos locales se conviertan en viviendas con alquileres accesibles para los colectivos más vulnerables, como jóvenes y personas de la tercera edad. En la mayoría de las pequeñas localidades, así como en algunas calles de Barcelona, situados en los centros de las antiguas vilas que anexionó la ciudad a principios de siglo XIX, ya existen viviendas a pie de calle.
La Administración ha rechazado los cambios, porque teme que la transformación de los bajos fomente la especulación o dé lugar a infraviviendas. También las asociaciones de vecinos la rechazan, porque temen que se acelere la pérdida de tejido comercial y su barrio quede reducido a ciudad dormitorio. La carestía de la vivienda ha hecho que las transformaciones de bajos se estén realizando igualmente, aunque de forma clandestina, incluso reformando los inmuebles aunque sin cédula de habitabilidad.
Las inmobiliarias piden que se habiliten también usos alternativos, como aparcamientos para bicis o almacenes de taquillas para recoger paquetes del comercio online.