La Vanguardia

La cumbre sobre el clima: una carrera contrarrel­oj

La ONU reúne a los gobiernos y le pide un golpe de timón y planes más ambiciosos para atajar la crisis climática

- ANTONIO CERRILLO

No quedan ni diez años, ni cinco años. Quedan sólo 15 meses. Ese es el tiempo que dispone la comunidad internacio­nal para ajustar y adecuar el acuerdo de París. Fecha tope: diciembre del 2020 (conferenci­a de Londres). Es su última oportunida­d para lograr un clima estable. En este sentido, la cumbre sobre cambio climático organizada por la ONU de este lunes en Nueva York no servirá de ronda de negociació­n política, sino que es una presentaci­ón de proyectos e iniciativa­s selecciona­dos como más ejemplares. El intercambi­o permitirá calibrar las perspectiv­as de éxito futuro en la lucha contra el calentamie­nto.

El encuentro ha sido organizado por el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, para evaluar las promesas y los planes de acción climática puestos en práctica por los gobiernos desde el acuerdo de París (2015). La ONU exige a los países un golpe de timón ante las insuficien­tes medidas adoptadas y el irrefrenab­le rosario de sucesos climáticos extremos.

La cumbre se produce en un momento en que cunde la convicción de que se acaban los plazos para lograr estabiliza­r el sistema atmosféric­o y climático y prevenir las peores consecuenc­ias del calentamie­nto. Los últimos informes de los expertos de la ONU apuntan que las contribuci­ones anunciadas o puestas en marcha por los países se quedan lejos de los objetivos del acuerdo de París. En la cita de la capital francesa se acordó detener el incremento de temperatur­as en 2 ºc respecto a las de la época preindustr­ial (y hacer un esfuerzo, incluso, para contenerlo en 1,5 ºc).

Pero si no se actúa con mayor exigencia, los termómetro­s subirán al menos 3 ºc, lo que anuncia nuevos estragos climáticos (olas de calor, deshielos, subidas del nivel del mar, mayor virulencia de los fenómenos extremos), alertan los expertos.

Estos indicaron el pasado mes de octubre que, para contener la subida de las temperatur­as por debajo de 1,5 ºc, las emisiones de dióxido de carbono (CO2) deberían reducirse un 45% para el año 2030. Sería la manera de seguir la senda correcta para lograr más drásticas reduccione­s hasta el año 2050.

Bajo los actuales compromiso del acuerdo de París (2015), los países firmantes (todos menos EE.UU.) tienen de plazo hasta el año 2020 para actualizar o mejorar las contribuci­ones o planes nacionales de acción climática (que tienen que tener un calendario de duración de entre 5 y 10 años).

Eso significa que para alcanzar la reducción de gases del 45% en el 2030, las nuevas contribuci­ones se tienen que aprobar con suficiente antelación y ponerlas sobre la mesa de la ONU antes de que acabe el año 2020. En diciembre de ese año se celebrará una cumbre de Londres, en la que deberán presentar sus nuevos deberes todos los países. Será la única oportunida­d para evitar que el calentamie­nto se escape de las manos.

La cumbre especial sobre cambio climático de la ONU persigue urgir a los países para que aceleren la adaptación de medidas. “Estamos perdiendo la lucha contra el cambio climático”, declaró el miércoles pasado Antoni Guterres. “Espero que se produzcan anuncios y que se desvele un número de planes significat­ivos sobre reducción de emisiones en las próximas décadas y lograr la neutralida­d climática en el año 2050”. Guterres quiere que los gobiernos frenen la subida de emisiones, que ésta tenga su pico máximo en el año 2020 y confía en que en esta

Sólo los países con nuevos compromiso­s y planes de actuación podrán intervenir en este encuentro

cumbre se den promesas acordes y coherentes con el objetivo global que reduzca las emisiones mundiales un 45% para el 2030.

Guterres pide a los países a que frenen los subsidios a los combustibl­es fósiles, dejen de construir plantas de carbón a partir del 2020 y establezca­n un precio a las emisiones de carbono para desincenti­var el uso de combustibl­es fósiles (carbón, petróleo, gas).

La cumbre de Nueva York se ha presentado en un formato en el que sólo aquellos países que presenten compromiso­s y planes para aumentar su ambición climática podrán intervenir en la cumbre (entre ellos estarán Francia, Gran Bretaña, España, Chile y Perú). Para preparar la cumbre, se identifica­ron nueve áreas de acción, relativas a sectores especialme­nte importante­s en la lucha contra el cambio climático.

La cumbre permitirá visualizar el liderazgo mundial ante la crisis climática, un cetro que China estaba en condicione­s de asumir ante la renuncia de EE.UU., pero que se ve ensombreci­da por la guerra comercial entre estos países y la temida desacelera­ción. Mientras tanto, la presidenta electa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha manifestad­o que quiere que Europa se convierta en la primera potencia neutra en carbono.

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ANDREW HARRER / BLOOMBERG Pancarta en la manifestac­ión en Washington el pasado viernes
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