El Espanyol cae en Cornellà y no levanta cabeza en la Liga
El Espanyol cae con estrépito ante la Real Sociedad y sigue sin puntuar en su estadio
El Espanyol de David Gallego navega entre tinieblas en el RCDE Stadium, donde cada partido es un suplicio. El equipo perico encajó frente a la Real Sociedad su tercera derrota e igualó así el peor inicio en casa de su historia, que databa de la temporada 19471948. El tropiezo agrava una crisis de resultados que de parecer aliviada ha pasado a ser más que preocupante. Más allá del resultado, contundente una vez más, el equipo españolista evidenció problemas en el juego que parecen ya enquistados. Nunca tuvo opciones reales en el partido el conjunto blanquiazul, desnortado en otro inicio para el olvido. Cuando pudo reponerse de los golpes del rival, los errores propios terminaron de hundirle. Se repitió un mal inicio y fracasó de nuevo en su objetivo de gobernar el duelo. En el segundo tiempo mejoraron en actitud, pero los errores individuales les condenaron. En tres partidos en casa, los de Gallego han encajado ya ocho goles. La afición señala al técnico como principal culpable.
El Espanyol mostró una vez más una preocupante incapacidad para salir con el balón jugado en el inicio. Le cuesta un mundo al equipo de Gallego imponerse a sus rivales en los comienzos de partido. La presión media de una Real Sociedad con los conceptos bien trabajados les dejó sin alternativas y acabaron perdiendo claramente la batalla por el centro del campo.
Otro de sus pecados fue la falta de precisión en el pase y movilidad para transitar hacia campo rival. La fabricación ofensiva en ese primer tiempo se redujo a acciones individuales, siempre generadas por el Monito Vargas. El argentino volvió a ser el único capaz de estar a su nivel. Hace partidos que Gallego decidió colocarlo más cerca del área para aprovecharse de su buena relación con el gol, pero ante tal panorama, Vargas retrasó su posición para asociarse más. No consiguió contagiar al equipo con sus buenas acciones y el Espanyol volvió quedarse sin chutar a portería los primeros 45 minutos.
La presión tras pérdida fue otra de las asignaturas pendientes. A cada balón mal jugado o impreciso, fueron unos cuantos solo en el primer tiempo, la Real armaba su juego sin mayor oposición. A ello se unió la falta de coordinación para presionar en conjunto ante un rival con mucho potencial para contragolpear.
Así llegaron los dos goles en el primer tiempo. La indecisión entre elevar la presión o retroceder dejó espacios que aprovecharon los extremos realistas. El primero llegó tras la primera subida de Víctor Sánchez por su banda. Nadie siguió a Oyarzabal, que profundizó por la izquierda y sirvió en bandeja el gol a Willian José. En el segundo, más de lo mismo, Odegaard, libre de marca, buscó a Portu en carrera. El ex del Girona ganó la espalda a Calero y regaló su segundo gol al brasileño. El 0-2 minó todavía más la autoestima del equipo de Gallego, que vagó por el campo hasta el descanso. El lenguaje gestual de los jugadores lo decía todo. Nadie parecía creer en revertir la situación a la media parte.
Al comienzo del segundo acto la Real se conformó con protegerse y el Espanyol salió con mayor vocación ofensiva. Granero dispuso de la ocasión más clara en un disparo desde la frontal que repelió Moyá. El equipo perico comenzaba a presionar en conjunto y a ocupar los espacios de manera más lógica. Calleri dispuso de un mano a mano en el que superó a Moyá, pero no así a Zubeldia, que salvó el gol bajo palos.
El portero despejó con una mano un remate de cabeza de Calleri antes de que Campuzano, que había entrado minutos antes, provocase el gol con un centro que Zaldua introdujo en su portería. El Espanyol volvió a creer. Pero la fe le duró bien poco a los pericos. Un error garrafal de Calero en la entrega permitió a Isak hacer el tercero en el mano a mano con Diego López.
Los blanquiazules mantienen la racha negativa en su estadio, donde no han puntuado en lo que va de temporada. El equipo continúa emitiendo síntomas muy preocupantes y esta derrota ahonda en la herida creada en el comienzo liguero. La grada despidió con abucheos a un equipo que con Gallego todavía no es capaz de reaccionar.
MALA RACHA HISTÓRICA
El conjunto blanquiazul no perdía sus tres primeros partidos en casa desde la temporada 1947-1948
EN LA ZONA DE PELIGRO
El Espanyol terminará la jornada en zona de descenso tras sumar cuatro puntos en cinco jornadas
PROBLEMAS DEFENSIVOS
El equipo de Gallego ha encajado nueve goles en cinco partidos, ocho de ellos en el RCDE Stadium