El Madrid se lleva la Supercopa ante un Barça aún por hacer
El Madrid, mucho más hecho, doblega a un conjunto barcelonista irregular
El reforzado Barça de Pesic no pudo empezar la temporada ACB con un título. El Madrid dio primero al llevarse, en su pabellón, la Supercopa Endesa. El equipo blanco, totalmente hecho, fue más regular que el Barcelona, todavía sin el punto óptimo de cocción en el juego colectivo y buscando su entrenador cómo ensamblar a sus fichajes. Mirotic, que se enfrentaba a su exequipo, dejó pinceladas pero no fue todavía el factor determinante que el barcelonismo espera. Brilló más en clave blaugrana Brandon Davies (23 puntos), un bailarín en la zona, pero un segundo cuarto malísimo acabó por resultar un losa muy pesada para los barcelonistas, que llegaron a perder por 19. Campazzo marcó el ritmo para los madridistas.
Mirotic respondió a la pitada monumental que le dedicaba el público madridista con un triple que descorchó la final. Una canasta majestuosa que permitía aventurar que el montenegrino iba a tener una actuación portentosa. No fue así porque después su participación no fue todo lo brillante que él esperaba, siempre acompañada del sonido de viento en el Wizink Center. Le faltó continuidad al montenegrino, que acabó con 14 puntos.
Los blancos, que apenas han efectuado dos retoques, son un equipo que conoce sus virtudes al dedillo, un conjunto con los engranajes listos. El Barça abrió el partido con tres fichajes en la cancha, el Madrid, con cinco clásicos.
Eso le permite superar los malos momentos con rachas en los que se hacen con el control. Las primeras acometidas las sufrió el Barça por obra y gracia de Campazzo y Carroll, secundados luego por Rudy Fernández. Un triple del balear colocó el 21-14 en el marcador. Fue el primer tirón madridista, neutralizado por dos triples seguidos de Delaney. El Barça había mostrado aspectos interesantes, como el buen trabajo en la pintura de Davies, pero lo peor le vendría a continuación. En el segundo cuarto el conjunto de Pesic sufrió una pájara gigantesca.
El Madrid aplicaba toque de corneta, intensidad porque también entró Llull y un nuevo argumento, el del pívot Jordan Mickey, que sacó de sus posiciones a un Tomic blando. El Barcelona estuvo casi cuatro minutos sin anotar y eso hizo que el Madrid fuera acumulando máximas ventajas, montado en la ola de sus hombres de banquillo, en la dirección de Laprovittola y en sus triples. El Madrid se puso 18 arriba y al descanso mandaba por 15 (4833). El Barça había encajado 27 puntos en esta fase y sólo había anotado cuatro canastas porque su selección de tiro había sido horripilante. Ni el regreso de Mirotic, que encestó eso sí el segundo triple en su cuenta, había arreglado el decorado. Además, el fichaje estrella del Barcelona se cargó con la tercera falta.
Restaba medio partido pero la tarea para los blaugrana era hercúlea.
EL RECIBIMIENTO DE LA GRADA
A Mirotic, que recibió silbidos e insultos graves, le faltó continuidad para ser un factor determinante
Sin embargo, la reacción de los de Pesic resultó fenomenal. Liderado por Davies el Barcelona se metió en el encuentro. El pívot capitalizó un parcial de 0-10 que puso al Barça a nueve y le hacía creer de nuevo. En esta tesitura regresó Mirotic para anotar seis puntos en un santiamén pese a las provocaciones de Campazzo, que le propinó un empujón. Se iban sumando nuevos jugadores a la temperatura requerida, como Higgins. Un triple de Hanga sobre la bocina colocaba al Barça a seis (69-63), con un cuarto por jugar.
Laso, ante la alerta, movió ficha y dio entrada a Felipe Reyes para que repartiera bajo los aros y para que tirara de experiencia junto a Llull, con canastas clave, y Rudy Fernández. El Madrid apretó en defensa y el Barça no pasó del 69-65. El equipo blanco recuperó la serenidad, leyó bien sus opciones y no permitió al Barcelona darle la vuelta a la final para entrar en el último tramo con una ventaja sólida (83-72, minuto 37). A Pesic le queda trabajo por delante. Mimbres tiene.