La Vanguardia

Un campeón precoz

El campeón, más líder y más dominador, podrá coronarse con la mayor antelación desde Rossi en el 2005

- TONI LÓPEZ JORDÀ

Con la victoria del pasado domingo en Aragón, Marc Márquez está a las puertas de su sexto Campeonato de Motogp, que coronará si logra terminar por delante del italiano Andrea Dovizioso en el próximo Gran Premio de Tailandia, lo que permitiría al piloto de Cervera levantar el trofeo con la mayor antelación desde el ganado por Rossi en el 2005.

Andrea Dovizioso, persona de discursos en prosa, sinceros, directos, sin rodeos, se encogía de hombros y ponía cara de resignació­n cuando el corrillo de periodista­s italianos le preguntaba cómo afrontaría la carrera de Tailandia, el próximo 6 de octubre. “¿Pero al menos tendrás la oportunida­d de alargar el Mundial?”, le insistía el plumilla plomizo. “Es que nadie está consiguien­do batir a Marc... Será muy difícil estar delante de Marc y alargar el campeonato. Pero nada es imposible hasta el final”, respondía el de Ducati, dándose unas esperanzas remotas...

La cosa está así, lo admite el rival más duro de Márquez los últimos tres años, el que más le ha podido ganar y el único que puede retrasar su coronación: esta temporada, el pequeño genio de Cervera está más intocable que nunca. Nadie se le acerca. De modo que este Mundial 2019 lleva camino de la perfección, más incluso que su inmaculado 2014, el año de su segundo trono de Motogp. Los datos no engañan:

Uno. Después de 14 GP, Márquez acumula 300 puntos en la general y amasa 98 de ventaja sobre su inmediato perseguido­r, su mayor cifra en sus siete cursos en la cilindrada reina (en el 2014 llevaba 292 y 75 de renta tras 14 carreras).

Dos. Suma más vueltas lideradas que nunca, 217 de las 340, el 64% (214 en el 2014). En 5 de sus 8 victorias dominó las carreras del semáforo a la bandera.

Y tres, la definitiva: puede proclamars­e campeón en Tailandia, en el próximo GP, con más anticipaci­ón que nunca, cuando faltan cinco carreras para la conclusión. Una antelación que no se daba desde hace 14 años, con Valentino Rossi. En aquel Mundial 2005, el Dottore acumulaba 112 puntos sobre Biaggi en su segundo match-ball, en Malasia (tenía 132 antes de Japón, pero se cayó en la carrera).

Y otro apunte, también significat­ivo de la mejora del catalán de un año a otro: esta temporada se cae bastante menos, 9 caídas frente a las 16 que llevaba en el 2018 después de pasar por Aragón. Señal inequívoca de que necesita buscar menos los límites y arriesgar menos.

Pero, ¿cómo explica el propio interesado esta mayor tiranía sobre los rivales? ¿A qué atribuye este incremento de la superiorid­ad que le permite llegar a las puertas del título con más anticipaci­ón? “A que hemos hecho el trabajo de la mejor manera, y al hecho de que los rivales han fallado”, responde Márquez a la cuestión que le planteaba este diario en Alcañiz. Y se explayaba en su argumento: “Un campeonato lo puedes hacer muy bueno, pero si hay un rival que lo hace también muy bueno se complica mucho más. Quizás los rivales este año han fallado más que nunca. A parte, Dovizioso también ha tenido mala suerte, con dos ceros (caídas en Montmeló y en Silverston­e) que no fueron culpa suya. Pero no ha sido tan constante en el podio como la temporada pasada”.

No del todo, Marc. Aunque parezca un Dovi menos incisivo buscando las cosquillas al 93 y menos regular que el del 2018, lo cierto es que el italiano lleva un cero menos este año y un podio más, además de 26 puntos más (con una carrera más, porque la de Silverston­e’18 no se disputó).

Además, omite un par de detalles Márquez en su análisis, que completarí­an la explicació­n de su mayor dominio: el paso adelante técnico de la Honda respecto a la Ducati, y la falta de rivales de peso, sólidos, constantes, que le dificulten llegar al podio, como antes Rossi, Lorenzo o el propio Dovizioso.

Sobre el primer aspecto, el de Ducati lo explicaba a este diario. “Ha disminuido la superiorid­ad en velocidad que teníamos porque Honda ha incrementa­do la potencia y se nos ha acercado mucho; la diferencia que le sacábamos en quinta y sexta marcha ha disminuido”. Sólo hace falta ver cómo rivalizan ahora las dos motos en cualquier recta.

Del segundo aspecto también daba cuenta Dovi: “Nadie está logrando batir a Marc”. Sólo él (dos veces), Rins (2), Viñales y Petrucci han podido

LA EXPLICACIÓ­N DEL CATALÁN “Si hay un rival que hace un Mundial muy bueno se complica más; este año han fallado más que nunca”

DOS RAZONES DE PESO

La superiorid­ad del 93 se explica también por la mejor velocidad de la Honda y la falta de rivales de peso

quitarle victorias, pero sus aparicione­s han sido discontinu­as. Dicho de otro modo: a Márquez le ha favorecido la ausencia de una clase media consistent­e y regular, que le dificultas­e llegar al podio y le restase puntos. Su máximo opositor en muchos GP ha sido un novato como Fabio Quartararo. Y dos de los grandes que podían hacerle sombra ni se han visto: Lorenzo y Rossi.

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AFP7 / EP Marc Márquez celebrando con una carcajada su triunfo en Alcañiz, el octavo de esta temporada de supremacía

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