Irán recuerda la guerra con Irak y la ingerencia de EE.UU. en el Pérsico
Rohani presentará en la ONU un plan de paz regional que excluye a Washington
La memoria de la guerra contra Irak que marcó la primera década de la Revolución Islámica está siempre presente en la vida de los iraníes. Las fotos de los mártires, muchos de ellos muertos cuando aún eran unos niños, adornan las calles de cada una de las poblaciones del país, y su espíritu de sacrificio y amor patrio son inculcados desde la infancia.
Pero si hay una época del año en la que esa memoria se hace aún más viva es precisamente esta semana que se conoce como la de la “sagrada defensa”.
De una noche a otra Teherán quedó invadida por imágenes que evocan la dureza de aquellos ocho años de conflicto que se inició con el ataque contra Irán de las fuerzas del entonces dictador iraquí Sadam Husein, exactamente hace 39 años. “Hemos resistido, nunca hemos invadido otras fronteras y nunca dejaremos que otros lo hagan”, aseguraba el domingo el presidente Hasan Rohani en la marcha militar considerada el evento central de esta semana. El discurso apuntaba a mover el sentimiento nacionalista que se extiende dentro de la mayoría de los iraníes sin importar su posición frente al régimen.
Rodeado por los más altos cargos militares del país, el presidente retomó lo que había sucedido en aquellos años, donde Irán acusa a una coalición de más de 40 países encabezada por Estados Unidos de haber respaldado a Sadam Husein, para adelantar la propuesta que presentará esta semana en la Asamblea General de las Naciones Unidas. La “coalición de la esperanza”, como ha sido bautizada, es una propuesta a los países regionales para proteger la seguridad del golfo Pérsico con la condición de que los estadounidenses y sus armas se vayan de la zona.
Esta propuesta llega en un momento donde la amenaza de una guerra regional está en uno de los momentos más altos de las últimas décadas. Después del ataque a dos instalaciones petroleras sauditas el pasado 14 de septiembre –Washington y Riad responsabilizan a Irán–, los iraníes han sido claros en asegurar que si hay cualquier tipo de represalia la considerarán un acto de guerra.
Irán también ha querido aprovechar la coyuntura para hablar de un cese el fuego en Yemen y proponer un diálogo que ponga fin a la guerra en este país donde los saudíes lideran la coalición que desde el 2015 ataca a los hutis, considerados cercanos a Irán.
Estas iniciativas de diálogo impulsadas por Irán, sin ser nuevas, han abierto el interrogante sobre
La estrategia iraní es poner a Trump ante la disyuntiva de negociar o arriesgarse a un conflicto abierto
la estrategia de Teherán. Algunos analistas coinciden en señalar que tiene como objetivo reducir a dos las opciones: negociación o guerra. El Gobierno de Teherán, como lo ha asegurado en múltiples ocasiones, está convencido que Estados Unidos, y también en extensión a muchos países de la región, no quieren un conflicto.
“Donald Trump sabe que el primer soldado estadounidense que llegue en un ataúd le constará la reelección”, asegura el veterano diplomático Husein Shekoleslam que recoge el sentir de gran parte de las autoridades iraníes. Desde el punto de vista iraní, el balance de fuerzas regional ha cambiado radicalmente desde que en mayo pasado el presidente Trump pusiera en marcha la campaña de máxima presión en la que cerraba las puertas para que Irán venda petróleo.
Las sanciones tenían el fin de asfixiar al Gobierno de Teherán para que regresara a la mesa no solo a negociar el acuerdo nuclear, del que Estados Unidos se retiró en el 2018, sino también para hablar de su participación regional y su programa de misiles. Si bien entonces Irán se encontraba en una posición débil, desde el punto de vista de Teherán el balance fuerzas ha cambiado en estos últimos meses.