Crisis blanquiazul
La continuidad de David Gallego peligra tras la cuarta derrota consecutiva en casa ante el Valladolid
Después de la última dolorosa derrota frente al Valladolid, la situación de David Gallego es cada día más angustiosa como técnico del Espanyol: los números del equipo tras siete jornadas de Liga y una de Europa League son insuficientes, y la frustración es cada día mayor en los partidos de casa, donde las constantes vitales son ya muy débiles.
La situación de David Gallego es cada día más angustiosa como técnico del Espanyol. Los números del equipo después de siete jornadas de Liga y una de Europa League son insuficientes. Tan solo cinco de 21. La frustración es cada día mayor en los partidos de casa, donde las constantes vitales del equipo son ya muy débiles. El Espanyol sobrevive lejos de su estadio con planteamientos defensivos y en el RCDE Stadium sigue sin tener capacidad siquiera para marcar un gol. La grada ya tiene su veredicto y tras la derrota ante el Valladolid pidió la dimisión del técnico. Se trata del peor arranque liguero del equipo en casa en su historia. Cuatro derrotas consecutivas. Ocho goles encajados y tan sólo uno marcado, en propia portería. La directiva mantiene la calma, pero para la afición Gallego parece tener el crédito totalmente agotado.
La derrota frente al Valladolid exige una reflexión más profunda que cualquier otra por parte de jugadores, entrenador y directiva. Pasan las jornadas y la historia se repite para incomprensión del técnico y desesperación de la grada. Pero además de la reiteración, la situación se agrava en este caso por tratarse el Valladolid de una ocasión inmejorable para que los de Gallego mostrasen los argumentos ofensivos que quieren ofrecer esta temporada. En el día en que el equipo debía sumar su primer triunfo en casa, los errores defensivos propios y la falta de claridad en ataque se repitieron una vez más. Moscú y Palma de Mallorca son los destinos de la próxima semana antes del parón liguero, tras el que podría haber decisiones con respecto a la continuidad del entrenador.
Los pecados del equipo en el encuentro nacieron de un planteamiento demasiado conservador del técnico, que prácticamente repitió el once de Vigo, a excepción de Darder por Wu Lei. Por tercer encuentro consecutivo despareció del once Melendo, algo que también tiene disgustada a la grada. Sin embargo, repitió Víctor Sánchez, el tercer jugador con más minutos del equipo. Pese a todo, el Espanyol entró con más ambición que en todos los duelos precedentes en su estadio. El Valladolid concedió la posesión y replegó la presión a su propio campo. Esa ventaja sirvió a los pericos para disfrutar de profundidad por la derecha, donde esta vez estaba Vargas. Javi López se asoció con el argentino para ser el agitador del encuentro en el inicio. El sevillano regaló dos goles a Calleri en cuestión de cinco minutos, pero entre Masip y la falta de pericia del nueve, las ocasiones se fueron al limbo.
Ese fue el mejor momento del Espanyol en el partido. Porque pronto llegó un error grosero de Naldo que sería origen del desastre que vendría después. Diego López mandó a córner un tiro de Toni Villa. Y en la continuación Víctor Sánchez golpeó a Oscar Plano dentro del área. Michel, desde el punto de penalti, engañó a López e hizo el primer gol del partido. Volvían los fantasmas a Cornellà. Quizás nunca se habían ido. El equipo, como en todos los partidos de casa este curso, volvía a estar por debajo en el marcador. Esta vez ante un rival que poco o nada había hecho para merecerlo. El gol sentó tan mal al equipo perico, que cedió definitivamente el timón. Al comienzo del segundo tiempo mejoró la intensidad, aunque nunca tuvo claridad en el último tercio del campo. Solo las arrancadas de Vargas y un disparo desde la frontal de Darder dieron esperanza. El desastre se completó con un nuevo error de Calero. El central falló por segunda jornada seguida en casa. En esta ocasión controló mal un balón y fue expulsado por derribar a Guardiola siendo el último hombre. La situación pudo ser todavía más desquiciante si el árbitro no hubiese anulado gracias al VAR un gol de Joaquín Fernández. Los gritos de “¡Gallego vete ya!” fueron interrumpidos por una decisión del colegiado que regalaba un hilo de esperanza al españolismo. Aunque el empate dependía más de los posibles errores del Valladolid que de los intentos a la desesperada de los pericos. Nada de eso sucedió y Oscar Plano sentenció el partido en el descuento.
PITOS
Cornellà despidió al equipo pidiendo la dimisión de David Gallego como técnico
MALOS NÚMEROS
El Espanyol suma 5 puntos de 21 y ha perdido los cuatro partidos disputados en su estadio